Academias y sociedad civil

El ingreso en dos academias de Ignacio Medina y José Joly desmonta los tópicos sobre estas instituciones

Existe la creencia de que las Academias son instituciones de pasado más o menos glorioso pero de discutible presente y problemático futuro. Para muchos son la quintaesencia de lo rancio y acartonado, el contrapunto apenas tolerable de la verdadera cultura, llamada a discurrir por otros cauces. Sin embargo, en el lapso de unas pocas semanas, dos de las principales Academias andaluzas, la Sevillana de Buenas Letras y la Hispano Americana de Cádiz, han sido escenario de acontecimientos que, más allá de su valor corporativo, han tenido una fuerte repercusión social y cívica. Un desmentido clamoroso de todos los tópicos acumulados por la ignorancia y, a veces, la simple envidia.

En la primera ingresó el 14 de mayo el duque de Segorbe, Ignacio Medina Fernández de Córdoba, empresario, conocido protector del patrimonio histórico y presidente de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli; en la segunda, el 29, José Joly Martínez de Salazar, editor y presidente del Grupo Joly. En ambos casos, ante un numeroso público entre el que se agolpaban personalidades procedentes de todos los campos posibles, desde la política a la Iglesia, desde la Universidad a la empresa o la comunicación, se pudieron oír discursos tan brillantes y rigurosos como era de esperar, pero, esto es lo que quisiera resaltar ahora, profundamente críticos con el quehacer de esas mismas autoridades que constituían una parte principal y distinguida del auditorio. El duque de Segorbe no dudó, a lo largo de su erudita disertación en torno a los archivos nobiliarios en Europa, en censurar la actuación de las administraciones públicas españolas, especialmente de la Junta de Andalucía, en relación con la conservación y gestión del patrimonio. José Joly, en su acerado discurso sobre el desconcierto en que hoy vive el país, y el papel que la prensa debe tener en su encauzamiento, expuso, sin destemplanza pero sin concesiones, un panorama del actual malestar social y político que impactó fuertemente a la audiencia.

Dos personalidades de verdadera relevancia social y total independencia; dos discursos irreprochables en su forma, críticos e incisivos; dos ámbitos académicos a la altura de los tiempos. En definitiva, esa sociedad civil de la que tantos hablan, a la que muchos temen, y que tan pocas veces tiene la oportunidad de hacerse oír públicamente por los que mandan.

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