Alejandro González está decidido, como no puede ser de otra manera, a contar con los suyos en los cargos importantes tanto de gestión como en la parcela deportiva de la entidad. Tras la salida del club de Emilio Vega no ha dudado ni un ápice en colocar al frente de la dirección deportiva a Alejandro Gómez -es un secreto a voces que está por confirmar todavía-, un hombre joven que llegó al Córdoba Club de Fútbol para dirigir el fútbol base tras trabajar durante años en la cantera del Barcelona.

Álex Gómez no tendrá ahora que pasar ningún examen de fichajes, pero sí tendrá que hacer frente a la comprometida tarea de reforzar el trabajo del cuadro técnico y de la plantilla de cara al objetivo de la permanencia. Álex es un hombre muy preparado, que ya conoce la casa blanquiverde y que desde que llegó a esta ciudad ha demostrado un talante dialogante. No obstante, tendrá que ponerse al día porque una cosa es el fútbol formativo y otra muy distinta el fútbol profesional y, especialmente, la Segunda División en la que ahora se mueve el CCF.

Es bueno que se vaya dando entrada a savia nueva, a gente que no esté ya está viciada por todo lo que rodea al fútbol, a técnicos que han desarrollado con éxito su trabajo en cantera, algo tan digno y tan difícil como hacerlo en superiores categorías. Será el futuro proyecto de la doble A. Ambos Alejandros y ambos con muchas ganas e ilusión. Pero habrá que darle tiempo y dejarles trabajar. Esperemos que la épica victoria del pasado sábado ante el Zaragoza sirva como punto de inflexión para dar estabilidad a esta nueva etapa en un club tan cambiante como el clima en primavera. Los triunfos y la deseada permanencia hará más fácil el trabajo de Álex, que tiene ante sí una gran oportunidad y el reto profesional más importante de su carrera. Suerte y al toro.

LA victoria ante el Alcorcón debe servir como bálsamo para un cordobesismo convulso en las últimas fechas. Además de los malos resultados acumulados y que han situado al equipo más cerca de la lucha por eludir el descenso a Segunda B que de la pelea por el ascenso marcada como objetivo a principio de curso se han unido los últimos acontecimientos, con destituciones, incluidas la del director deportivo y el secretario técnico. Las pintadas en la fachada de El Arcángel en contra de la familia González también vinieron a enturbiar la ya maltrecha actualidad blanquiverde durante este mes de febrero que hoy expira. Todos lo pasan mal: los que toman decisiones y los que sufren las consecuencias de las mismas. Son momentos amargos que, para los que llevamos tiempo en esto, sin duda son muy duros. Pero forman parte de nuestro mundo. Unas veces nos afectan en primera persona y otras nos toca de lejos, pero siempre nos afecta a quienes no permanecemos indiferentes ante el dolor ajeno. Los problemas siempre van por barrios. Suerte a quienes hoy les toca salir y a los que se quedan, porque inevitablemente todos estamos de paso y la entidad siempre prevalece.

Pero las cosas pueden volver a la normalidad en cuestión de días. Una segunda victoria el próximo domingo en el Nou Estadi de Tarragona ante el Nàstic vendría a calmar los ánimos de todos y pondría el futuro menos oscuro de como se viene viendo desde hace algunas semanas por la casa blanquiverde. Mantengamos la calma. Queda poco tiempo para que la marcha deportiva se estabilice y, cuando se consiga el objetivo, será el momento de pedir explicaciones, que seguro las darán. El sufrimiento es generalizado. Nadie es ajeno a los malos momentos. Los protagonistas del planeta fútbol y los que mandan también lo pasan mal. No lo olvidemos.