Mira que la hemos echado de menos y mira que la hemos mentado, pero tela marinera, que si tiene oídos le tienen que haber pitado a lo bestia, pero es que la hemos estado esperando desde hace un montón de meses y por fin ha llegado esta semana. Y no estoy hablando de las rebajas, no, me refiero a la lluvia, que por fin hemos tenido esta semana, que en el campo lo han celebrado como si hubiera tocado la Primitiva.

Además yo creo que ha venido en el momento junto, que se acercan los peroles, que esta semana tenemos San Rafael y me daba miedo que la sierra estuviera tan seca, y así mucho mejor, que ni cuadrado, vamos. Eso sí, tiene que llover mucho más, que esto no ha sido nada más que un aperitivo, que los pantanos y los campos están caninos. Yo lo he notado en el aire, de verdad, que ya se respiraba regulero, que se notaba que no estaba limpio del todo y ahora está de lujo, que entra la mar de bien por la nariz. Los del barrio ya estamos organizando el 24, como ustedes ya se pueden imaginar, y la semana que viene lo contaré, que la verdad es que tenemos unas ganas locas, sobre todo después de este verano tan larguísimo que hemos tenido. Y eso que yo no creo que se nos haya ido del todo toda la calor, que seguro tenemos todavía un día de apretón, que eso pasa siempre, lo queramos o no, que me recuerdo un día de los Santos en manga corta, y no estoy hablando del siglo pasado, cuatro o cinco años como mucho, y hasta puede que menos, creo.

Pero no todo son buenas noticias, vaya que no, y eso que no quería hablar del asunto, pero es que vaya tela la que tenemos liada con nuestro equipo y vaya pena que me empieza a dar. Y no solo hablo de los resultados, que eso es la punta nada más, es de cómo esta gente tienen a nuestro Córdoba y que no deberíamos seguir permitiendo. Porque no hay derecho de lo que hacen y que todo lo hagan como si el equipo fuera de ellos y eso no es así, que es de los cordobeses, guste o no, y por eso digo yo que habrá que escuchar a los cordobeses. Porque se ha vuelto a hacer lo más fácil, lo de siempre, echar al entrenador, para no querer ver lo que hay en el otro lado, y que es donde realmente está el problema. En fin, mejor callarse, que como me muerda la lengua me enveneno, de todo lo que quiero decir. Ahora toca disfrutar de nuestro gran día y ya está, todo lo demás lo dejamos para otro día, que seguro nos espera, desgraciadamente. Pues lo dicho, que feliz Día de San Rafael.

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