El otro día decía un vecino del barrio que no se podía dejar votar a los catalanes porque si se les dejaba, seguro que acabábamos pidiendo que San Agustín fuera un país diferente. Hombre, yo creo que estas cosas se sueltan a la ligera, y para hacer gracia, que luego no son como se dicen, o la realidad no se parece tanto, me parece a mí.

Yo la verdad es que estoy un poco asustado con todo esto, no lo voy a ocultar, que cuando vi aparecer en la tele al Rey hablando, y sin ser Nochebuena, se me puso un mal cuerpo de aquella manera, que me acordé de cuando fue su padre el que salió hablando otro día que tampoco era Nochebuena y en la que estuvimos a punto de volver cincuenta años atrás, y ya saben ustedes de lo que les estoy hablando. A mí eso no me gustó, para qué les voy a engañar, y tuve mi punto de miedo, y eso que soy de los que pienso que las cosas han cambiado y ya no son como antes. El problema de esto es que las personas sí seamos como las de antes, y nos sigamos comportando del mismo, y entonces es cuando puede llegar el desastre, que eso es lo que espero que no pase. En fin, que como se suele decir, hablando se entiende la gente, y que una cosa es hablar, discutir, y otra muy distinta pelearse, que pelearse no trae nada bueno, nunca, pero para ninguna de las dos partes. Que cuando decimos que una parte ha ganado, mentira, que siempre pierden las dos, se quiera o no, que la cosa es así y ya está.

El viernes pasamos calor de agosto, pero tela marinera, que yo no he visto un mes de octubre tan caluroso como el que estamos pasando, que seguro la gente se sigue bañando en la playa. Todavía durmiendo con las ventanas abiertas y sin una sabanita que ponerse en lo alto, que da hasta fatiga sentirla cerca, por lo menos a mí me pasa eso. Por eso, cuando vi el otro día las castañas se me puso la piel de gallina, porque tocar es lo que toca, pero desde luego no es lo que apetece, pero ni de lejos, vamos. Que a esto hay que quitarle siete u ocho u ocho graditos como poco, y hasta un poco más, si por lo menos nos queremos poner una rebequita, que es lo que pega por este tiempo. En fin, que eso espero que pase en España, que la gente se dé cuenta de que una cosa es lo que te apetezca y otra lo que se puede o no se puede hacer, y que no pasa nada por echar la patita para atrás de vez en cuando, sobre todo si con eso consigues resolver los problemas. Espero que así sea.

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