Análisis

rafa rojas

Caer en gracia antes que ser gracioso

En el fútbol como en la vida más vale caer en gracia que ser gracioso. José Luis Oltra puede que pase a la historia del cordobesismo como el entrenador que mejor cayó a la afición cordobesista; eso sí, para aquella que habitualmente navega por las redes sociales en las que tanto y tan bien sabe moverse el técnico valenciano. Los tiempos cambian y hoy, al margen del conocimiento de la táctica y la estrategia, el dominio de los vestuarios, el estudio de los rivales o el perfecto manejo del principio de autoridad parece necesaria la utilización de las relaciones públicas y el exquisito trato con la afición -que se puede tener en su justa y necesaria medida- para que, a pesar de llevar ocho jornadas consecutivas sin ganar y a no conseguir dar con la tecla durante buena parte del campeonato, nadie alce la voz contra el técnico. Y no es que nos agrade que así fuera pero en esta bendita tierra por menos de lo visto hasta ahora se le ha cantado a un entrenador aquello de vete ya. En Miranda de Ebro, el Córdoba pudo encajar una goleada en media hora de inspiración del Mirandés, al que le faltó acierto rematador para culminar una victoria imprescindible para un equipo irremediablemente inmerso en la lucha por la permanencia. Los burgaleses, con los argumentos justos y con cordobeses en sus filas, pudo dejar resuelto el partido al descanso. Luego vino la reacción cordobesista y el justo empate final. Y de por medio, otra vez cambios dignos de estudio. Pero como ya llueve sobre mojado no vamos a perder el tiempo en analizarlos. Retirar a jugadores que estaban siendo de lo mejor, cambio de posiciones de jugadores que bajan de rendimiento y, en definitiva, decisiones poco afortunadas. Una vez un histórico entrenador cordobés me dijo: "A mí que no me digan lo mucho que sé y sí la suerte que tengo". Que José Luis Oltra tenga mucha suerte de aquí en adelante...

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