Pues si mayo es el mes de la fiesta, el mes más cordobés del mundo mundial, el de junio es el mes de la guitarra y del compás, así tal cual me lo acabo de inventar, que aquí el que no se consuela es porque no quiere y yo prefiero que la cosa sea así a que sea de otra manera, y no sé si me estoy explicando del todo, o lo estoy haciendo solo a medias, que es lo que me suele suceder, aunque yo creo que ustedes me entienden, que es lo que en verdad importa, digo yo.

Lo pasamos en la Noche Blanca del Flamenco de auténtico lujo, pero una cosa, que yo me bajé a verlo porque allí estaba todo el mundo, pero que desde la azotea de mi hermana yo creo que se veía y hasta se escuchaba mejor, lo que yo les diga, que no estoy exagerando. Ahora que lo pienso, junio y los otros meses de verano tienen mucho de azoteas, que desde nene he estado yo por ellas, haciendo un poco de todo. Que me acuerdo cuando nos subíamos a la de mi abuela en la Reja de Don Gome y nos hartábamos de comer pipas que comprábamos por la mañana en La Sultana mientras contábamos estrellas o historias de miedo, que muchas noches regresaba temblando a mi cama, que si me hubiera tropezado con alguien seguro que me muero de un ataque al corazón. También iba mucho a una azotea de una tía en la calle Zarco, que se veía la pantalla del Olimpia de lujo y veíamos las películas de gorra. Eso sí, había que estar muy callados porque se escuchaba lo justo y algunas frases nos las teníamos que inventar. Aunque eso no era un problema, sobre todo cuando la película era de Bruce Lee, que siempre fue de poco hablar.

Y luego más de mayor, nos subíamos a la azotea de Jesús, el hijo de Manoli, la de la frutería de la calle Dormitorio, a beber unas cervecillas y unos valgas y pasar así las noches más fresquitas. Recuerdo que nos hacíamos unos picadillos en una cubeta que no se los saltaba un galgo. Vamos, que si uno se las ingenia, junio no es tan malo como nos habían contado, que hay un montón de cosas que hacer, de verdad, que todo es querer pasarlo bien. Tras lo del Flamenco viene lo de la guitarra, que yo no sé la de años que tiene y todas las grandes figuras que han pasado por aquí, que hasta ese señor que la ha liado en los Nobel ha estado aquí, que yo lo vi en mi Día, como todo. En fin, que la cosa es seguir recorriendo este nuevo verano y estas calores de la mejor manera, esperando que pronto llegue lo que tenga que llegar, y que sea mejor que lo de ahora, que si no tampoco hay que cargarse tanto las alforjas.

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