Cultura

La vorágine del ritmo y el compás

Cante: Diego Carrasco y Tomasito. Fecha: domingo 19 de junio. Lugar: Compás de San Francisco. Lleno.

El jovencito Diego Carrasco se inició, dando salida a su flamenquería, acompañando primero con su bajañí al cante, también al baile, pero, como sus inquietudes no encontraban fronteras, allá donde la música le permitiera irrumpir con el ritmo y compás, que tan diferente del resto lo mostraba. Y, definitivamente, daría el paso que lo convirtiera en el personalísimo artista que hoy es, dejando atrás al otrora sobrino Tate de Jerez. Esto en el 84, y con su voz y desde luego su guitarra, tanto al cante como en el recitado -o lo que en otras disciplinas musicales llaman rap-, hacerse su lugar al sol flamenco que, con sus extrapolaciones, muchas veces sin circunloquios, traspasar, sin dejar su personalísimo sello jerezano, aunque hippie, dice él, que ya quisieran para sí otros flamencos paisanos suyos.

Así que, en la Noche Blanca del Flamenco cordobés, nos encontramos con él, y todo el partido que pudo extraer, mucho a petición del público que lo esperaba, a su repertorio, por alegrías gaditanas, tangos, rumbas, bulerías, de nuevo más de todo, nanas, recabando la participación del aforo, remontándose a tantas de sus composiciones, incluido el Tenorio, y qué sé yo; pero eso sí, acabando con todo el frenesí bulearero. Ello, con el toque de Curro de Navajita, Maloko en cante y palmas, Ignacio Cintado, bajo, y Ané Carrasco su hijo, en percusión.

Y como con Diego venía Tomasito, juntos estarían en el colofón de la noche, una vez que éste saltase al escenario con su particular repertorio de rumbas, tangos, bulerías, blues, y lo que se ponga; que tantos fans aguardaban, proporcionando al flamenquito la energía suficiente para complacerles en esa complicidad que le ha valido para hacer lo que hace, aunque desde luego sin olvidarse de dónde viene, incluido el bagaje ganado tras placearse por el mundo en la compañía del guitarrista cordobés Paco Peña.

Tomasito no engaña, pues, una vez que en su momento mostrara su tarjeta junto al rapero Junior, David de María, o Remedios Amaya, entre otros, quedó su impronta. Ahora, arropado por el grupo que ya compareció con Diego, dándose sus pataítas, brincos, incluidos retos a la ley de la gravedad. Un repertorio, que tenía que ver con Tarrotrón del 94, hasta llegar a Castaña producido por Manuel Ruiz Queco.

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