ENTREVISTA · RAMÓN LÓPEZ

"No tenemos miedo a innovar"

  • Para el máximo responsable de la cita desde hace ocho años, a la definición de un festival "cien por cien guitarrístico" se pueden sumar otros conceptos musicales encaminados a un público más amplio

Dirigió el primer Festival de la Guitarra en 2000, y camino de cumplir una década al frente de la cita Ramón López sólo piensa en mirar hacia adelante porque el entusiasmo continúa intacto, pese a que los medios "siempre se pueden mejorar". "Invertir en cultura no siempre conlleva una rentabilidad económica, pero sí en prestigio", sentencia, en alusión a las excusas en las que con demasiada frecuencia se escudan los empresarios a la hora de apostar por eventos culturales.

-Después de 28 años celebrando el festival, ¿es muy difícil innovar?

-Claro que es difícil, pero no podemos conformarnos con el inmovilismo. En el equipo organizativo actual estamos convencidos de que la línea que seguimos es positiva y beneficiosa para el festival, aunque también habrá que pensar en innovaciones que sigan interesando al festival. No le tenemos miedo a eso.

-En algunos sectores se critica la laxitud del festival de Córdoba en cuanto a un estilo definitorio -que sí propugnan otras citas como el Festival Flamenco de Jerez o el de jazz de San Sebastián-, pero otros agradecen esa ruptura de tópicos porque así se abren las puertas a un mayor sector de público. ¿Con qué grupo se quedaría?

-No sé cuál beneficia o perjudica la imagen del festival porque no se trata de eso, sino de plantearnos si éste es el festival de la guitarra que queremos. Nuestro eje fundamental hoy por hoy es la calidad de los artistas, y eso es indiscutible. Es verdad que hemos incluido espectáculos que no tienen mucho que ver con el mundo de la guitarra, o hemos hecho guiños a un público más joven para que pueda conocer otras facetas del festival. Ahora mismo creo que ésta es la línea, que puede tener pequeñas modificaciones.

-¿Cuáles son los pilares fundamentales del evento?

-Queremos hacer un festival con un soporte cien por cien guitarrístico; continuar con los cursos, otro gran pilar del festival, y proseguir con las jornadas dedicadas a la guitarra.

-La difusión, una de las asignaturas pendientes del festival, ha tenido un importante revulsivo gracias a la presentación en el Instituto Cervantes de Madrid y, por ende, en toda su red mundial.

-Hay que seguir haciendo todo lo posible para que el festival sea conocido a nivel popular y de gran público. A nivel guitarrístico, aunque pueda parecer prepotente decirlo, todo el mundo alaba sus características tan singulares. Tiene un prestigio internacional en los medios musicales estupendo, pero quizás lo que le hace falta es el gran público. La plataforma del Cervantes ha sido muy buena y hay que seguir mejorando su difusión en el futuro a través de otras plataformas.

-¿Cuáles serían estas plataformas?

-Sin ir más lejos, este años vamos a traer a un grupo de directivos japoneses que gestionan touroperadores. Puede que el japonés sea un público que todavía no está muy metido, así que les enseñaremos el festival y la ciudad para que vengan y lo valoren, y a ver si es posible que esa línea de colaboración se vaya intensificando. El deseo es que organicen circuitos en la ciudad aprovechando las fechas del festival.

-En la amplia programación siempre hay algún artista de renombre internacional como por ejemplo Chuck Berry este año. ¿Es muy difícil convencer a un músico de esta envergadura de que venga a Córdoba?

-Hay algunas figuras que son mucho más complicadas; sobre todo los artistas norteamericanos, que tienen sus giras muy calculadas. Pero en Córdoba estamos peleando, desde luego, para que esos artistas más mediáticos puedan estar en la ciudad, e incluso intentamos que, al margen de giras, vengan exclusivamente al festival, aunque esto es todavía más difícil porque necesitan unos músicos y la preparación de un repertorio adecuado.

-Al atractivo que pueda suponer el artista en sí, se suma la apuesta del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE) por unas entradas con unos más que razonables precios, que se llegan a duplicar o incluso triplicar en otras ciudades.

-En este sentido siempre hemos tenido muy claro lo que queríamos hacer, y es acercar los espectáculos lo más posible a los ciudadanos para que pueden asistir a ellos sin grandes esfuerzos económicos. Mientras podamos, seguiremos con estos precios porque facilitan el acceso al público. Este año hemos puesto a la venta a través de internet las entradas de los conciertos de la Axerquía y estamos constatando que vendrá gente de todo el país. Esto es muy interesante. Por ahora Gary Moore y Chuck Berry van a un ritmo muy bueno de ventas, al igual que Dulce Pontes y Estrella Morente.

-¿Llega a desconectar del festival en alguna época del año?

-No, porque, de una forma u otra, está siempre presente. A la vez que celebramos una edición estamos pensando en cosas para el año que viene. Además de los conciertos, una de las cosas que antes hay que cerrar es la elaboración del programa formativo porque hay alumnos que vienen de todo el mundo y necesitan saberlo con mucha antelación para organizarse sus viajes, su estancia y sus vacaciones.

-El Teatro de la Axerquía fue reinaugurado con todos los honores en la pasada edición del festival y este año continúa como eje para los grandes conciertos. ¿Cómo ha respondido la gente?

-El año pasado fue complicado pero habrá que tomarle el pulso y ver cómo funciona este año. Estamos hablando de un aforo de 3.500 localidades y todos los espectáculos igual no se adaptan a ese aforo. Faltan por terminar algunas cosas, que harán que el espacio recupere esa solera que tenía antes de su cierre.

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