Susana Benet. Poeta

"El haiku nos pone en contacto con las pequeñas cosas"

  • La autora participa en la undécima edición del festival como profesora de un taller de haikus y como invitada al ciclo 'Poesía tabernaria'.

Poeta, pintora y psicóloga, Susana Benet (Valencia, 1950) es una de las protagonistas de la primera semana de Cosmopoética: leerá sus versos (recogidos en Faro del bosque, Lluvia menuda y Huellas de escarabajo, entre otros libros) junto a Ana Rossetti y Antonio Rivero Taravillo en Poesía tabernaria el próximo viernes, día en que concluirá el taller sobre haikus que ofrecerá desde el miércoles en el Palacio de Orive.

-¿Cómo se plantea el desarrollo de esta actividad?

-Es la primera vez que acudo a Cosmopoética y agradezco a los organizadores que hayan contado conmigo. Me planteo el taller como un trabajo colectivo. Yo puedo aportar la información que poseo sobre esta pequeña estrofa y espero hacerlo de una forma breve y amena. Para mí lo más importante es crear una atmósfera apropiada para que los asistentes se adentren en la esencia del haiku y logren expresar sus emociones, recuerdos, sensaciones, en solo diecisiete sílabas. Si lo logro, se habrá cumplido el objetivo del taller. No solo pienso hablar del haiku tradicional japonés sino que también tendrá cabida el haiku occidental, el haiku urbano, ya que el haiku debe reflejar la realidad que nos rodea y la mayoría de nosotros vivimos en ciudades y nuestro estilo de vida es occidental, aunque nos sintamos atraídos por Oriente.

-¿Qué le interesa del haiku?

-El haiku me sedujo por su sencillez y, al mismo tiempo, por su capacidad de sugerencia. El haiku nos pone en contacto con las pequeñas cosas, con los detalles cotidianos de nuestra vida. Nos hace abrirnos al exterior para apreciar lo que existe fuera de nosotros. El hecho de que los autores clásicos fueran capaces de crear imágenes impactantes con tan pocas palabras me incitó a escribir mis primeros haikus. Cuando uno conoce el haiku es difícil no practicarlo, porque el haiku amplía nuestra capacidad de percepción. De algún modo es terapéutico, porque nos ayuda a dejar de lado nuestras obsesiones y preocupaciones para prestar atención a los pequeños fenómenos que nos rodean. Dejamos de ser protagonistas para cederle el puesto a un tallo de diente de león o a la forma de una nube. Andar por la calle con la mirada atenta, dispuestos a descubrir lo inesperado, puede convertir la rutina en algo distinto y muy estimulante.

-¿Qué presencia tiene el haiku en la poesía actual?

-El haiku tuvo su gran momento en las primeras décadas del siglo pasado para quedar casi olvidado durante un largo periodo, y volvió a resurgir en nuestro país al finalizar el siglo. A esto contribuyó el hecho de que pudiera divulgarse a través de la Red, con varias páginas digitales dedicadas al tema como El rincón del haiku y Paseos.net, entre otras. También algunas editoriales como Hiperión, Miraguano, DVD y Pre-Textos, por citar unas cuantas, nos acercaron a este género, así como también a la poesía china que tuvo su influencia en la pequeña estrofa. Esto ha contribuido a que se lean y escriban haikus. Poetas que antes no lo cultivaban han dedicado un espacio de su obra a este género.

-¿Cuándo nace esta forma poética?

-El origen del haiku se remonta al siglo XVII, aunque anteriormente formaba parte de unos poemas más largos llamados renga. Fue el poeta Basho quien le dio su carácter de poema independiente, y esto sucedió precisamente en aquel siglo. Posteriormente fueron sus discípulos quienes continuaron su labor, a veces siguiendo sus principios, aunque en algunos casos buscaron su propia forma de concebirlo. Algo que el mismo Basho recomendaba en este haiku: "No intentéis pareceros a mí. / Nadie corta el melón / en tajadas iguales".

-¿Cómo ha sido la penetración del haiku en la poesía occidental?

-El haiku penetró en Occidente a principios del siglo XX y se divulgó gracias, en principio, a ciertos autores que lo descubrieron y se dedicaron a él, como el mexicano José Juan Tablada. Hay que citar también a Octavio Paz. En España tenemos los ejemplos de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. En Francia lo cultivaron autores como Paul-Louis Couchoud, Paul Éluard, Julien Vocance… En el mundo anglosajón puedo citar a Ezra Pound y Jack Kerouac, por poner dos ejemplos. Todos ellos han influido en que el haiku penetrara y se consolidara en nuestra cultura.

-También leerá sus versos en el marco del festival. ¿Qué representan en su poesía el misterio y la emoción?

-El misterio y la emoción son fundamentales en poesía, al menos para mí. Me interesa mucho, aparte del haiku, la poesía china, sutil y llena de misterio, ya que los poemas chinos suelen sugerir más que expresar la totalidad de las emociones. Son contenidos. No suelen ser artificiosos, sino que utilizan un lenguaje llano, casi coloquial, pero de un gran efecto, ya que logran conmover. Algo que lo distingue de nuestra poesía, más llena de símbolos, metáforas e incluso imágenes incomprensibles. Por eso, cuando escribo haiku, o algún poema al estilo occidental, trato de aproximarme a esa sencillez que tanto admiro, utilizando un lenguaje lo más claro y directo posible. De los poetas occidentales me quedo con algunos que considero fundamentales como Rilke y Dickinson. De la actualidad escogería como mis favoritos a Eloy Sánchez Rosillo, Antonio Moreno, José Luis Parra, José Corredor-Matheos…, pues todos ellos han sido, en alguna medida, mis maestros.

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