Cultura

Ellos eran el futuro y lo siguen siendo

Decía Walter Benjamin que "el origen no significa el proceso de llegar a ser a partir de aquello de donde se ha emergido, sino aquello que emerge del proceso de llegar a ser y desaparecer, el origen como flujo del devenir. Nuestro pasado y nuestra historia son al mismo tiempo nuestro futuro". Sólo cinco años de trabajo en común han conseguido que 50 años después el Equipo 57 siga siendo considerado como una de las experiencias de vanguardia más decisivas y radicales en cuanto a su visión transformadora del arte, el artista y la sociedad.

Con motivo del 50º aniversario del nacimiento del Equipo 57, y después de la exposición que recientemente celebraban en la galería Denise René de París, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo inauguró el pasado miércoles una exposición antológica sobre el trabajo de este equipo formado por Juan Serrano, José Duarte, Agustín Ibarrola, Ángel Duarte y Juan Cuenca en París en mayo de 1957, dando el pistoletazo de salida a una de las trayectorias artísticas más fulgurantes del arte contemporáneo de mediados de siglo.

Después de exposiciones como la que le dedicó en 1993 el Museo Nacional Reina Sofía comisariada por Ángel Llorente o la que en 2002 realizó la sala de exposiciones de Vimcorsa sobre su faceta escultórica, la que ahora podemos visitar en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo se presenta como un recorrido cronológico por toda su carrera que parte de algunas obras previas a 1957 y llega en algún momento hasta trabajos posteriores a los años 60, con alguna rara avis de 1988.

Como punto de partida para la exposición se ha escogido la película que realizaron mediante la animación de algunos gouaches y una serie de obras de 1956 donde los miembros germen del Equipo plantean su visión de algunos géneros pictóricos a través de la abstracción como es el caso de Medina Azahara de Juan Serrano, Marina de Duarte, Tzetzo de Ibarrola o Mérida, pasos previos a la conocida sala que acoge los gouaches con que se realizó la película y las composiciones más conocidas fruto de la reflexión en torno a la interactividad en el espacio plástico.

En el recorrido en torno a las distintas fases de construcción del Equipo hasta 1962 se han intercalado espacios para acoger la numerosa documentación gráfica y testimonial sobre una de las facetas más importantes de Equipo 57, su vertiente teórica y reflexiva que parte del importante manifiesto del Café Rond Point, donde se posicionaban "contra los salones capillas, los marchantes especuladores, los premios organizados y los críticos venales", hasta importantes documentos como esa misiva que enviaban al grupo El Paso, definiéndose ambos como "anverso y reverso de una misma moneda" que debían unirse en el afán por hacer del arte un instrumento de cambio y transformación social.

Desde aquí y en su periplo por distintas ciudades como París, Copenhague o Córdoba, nos encontramos con sorpresas poco conocidas del Equipo como PA (19) de 1959 o 16 de 1961, con todos sus proyectos escultóricos y hasta algún desconocido bajorrelieve en yeso hasta desembocar en un recorrido especial por la faceta de diseñadores de mobiliario de los miembros del Equipo con piezas históricas como el banco Darro, la silla Erlo o los tres poco conocidos taburetes triangulares realizados ya al final de su carrera.

Pinturas, esculturas, dibujos, documentos, mobiliario, piezas y testimonios, al fin, con los que documentar las experiencias y proyectos de una trayectoria que aún hoy sigue siendo determinante en la veloz carrera del arte del siglo pasado. Al final, el futuro eran ellos y, a día de hoy, lo siguen siendo.

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