Crítica de Flamenco

Todo el espectáculo fue un fin de fiesta

Que María Toledo estaba llamada desde niña para cantar y tal vez ser cantaora de flamenco lo sabemos los que tuvimos oportunidad de escucharla avanzados sus años escolares. Luego el tiempo y su creciente inquietud la hicieron mirar también hacia la música instrumental, el piano, y así devenir en la artista que luce actualmente, porque facultades no le faltan para acometer su carrera, flamenca o no, sin complejos y dando la talla que hay que reconocerle por tan celebrado tesón. Y ahora son su voz calentita aunque más propicia para lo lírico y el instrumento de percusión que domina los que gozan de consideración solvente de artífice de caché, para recorrer importantes escenarios de medio mundo y en lo tocante al flamenco no desmerecer en absoluto.

El pasado jueves pudimos de nuevo comprobarlo (la disfrutamos también en la Noche Blanca de 2014), ya que volvió para presentar su más reciente álbum, Magnética, en el Teatro Góngora, con el séquito anunciado en los programas más otros integrantes del lugar invitados para ese día en palmas y cante, estando a su altura. Su repertorio abarcó palos del flamenco recogidos en este disco, a los que pone su impronta, recordando a figuras que la atrajeron e influyeron desde muy jovencita y a las que para la ocasión incluye haciéndoles su homenaje. Ahí estuvo con todo fragor por tientos, muchos tangos (extremeños, granaínos, trianeros, de Camarón como de Fernanda) y rumbas de aquí y allá, desde el principio, proyectando lo que es más frecuente solo de los fin de fiesta de cualquier recital flamenco.

Mucho sabor por soleá de Cádiz, Utrera y Alcalá. Sonando a la sazón Camarón, Lole y Manuel y desde luego El Pele, al que Toledo tiene fervor y como maestro preferido. Incansable, intercaló melodías acoplándose sola con su instrumento de percusión, dejando claro que no le falta el ritmo y compás que como flamenca respira. Algo que por alegrías y bulerías, tras una introducción más melodiosa, completó con la vorágine con que las remataba dándose su pataítas. Y ello satisfaciendo con generosidad al variado público que no dudó en acompañarla con sus rítmicas palmas desde el comienzo, por invitación de la propia artista manchega, y de pie, poniendo la sala como si fuese la pista de una discoteca, durante casi dos horas.

Una complacida audiencia a la que declaró su agradecimiento y satisfacción por la acogida que recibe en esta ciudad, que bien que se la trabaja, moviéndose como pez en agua tanto encima como bajando del escenario, predisponiéndola a entregarlo todo, confesando la responsabilidad que conlleva salir a escena en una tierra que alberga tantos artistas a los que rinde siempre su sincero tributo. Por cierto que Magnética, que inició su proyección en el mercado hace un año, ya fue nominado a los premios Grammy como lo han sido otros discos suyos que han visto la luz antes. No sorprende por otra parte a quienes se sienten incondicionales de esta artista toledana, cuyo currículo está jalonado de importantes éxitos.

Un fenómeno que desde sus comienzos la ha catapultado, elevando su palmarés sin grandes alardes, mostrándose prometedor. No olvidamos los primeros premios que en diferentes certámenes ha conquistado, lo que no ha escapado a relumbrantes figuras de talla como Manolo Sanlúcar, El Pele, Miguel Poveda, Pepe Habichuela y la recordada Rocío Jurado, como a otros que también han considerado acudir a ella en distintos momentos.

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