XXVIII festival de la guitarra

Los acordes nostálgicos del pionero del rock

  • Chuck Berry es un icono musical para varias generaciones, una de esas figuras que trascienden coyunturas y esquemas y se proyectan como referentes culturales colectivos de una época.

Seis días después de la fecha inicialmente prevista llegó el encuentro con el pionero. Los asistentes ya pueden hablar de la noche en que Chuck Berry actuó en el Teatro de la Axerquía. Berry es un icono musical para varias generaciones, una de esas figuras que trascienden coyunturas y esquemas y se proyectan como referentes culturales colectivos de una época. Ocurre con ellos que son mucho más conocidos por parte del público de lo que éste cree. Berry es uno de los autores de ese tipo de canciones que uno lleva toda la vida escuchando y que ignora quién las hizo hasta un buen día lo descubre con sorpresa y alivio.

En este tipo de conciertos lo de menos es casi el concierto en sí (las canciones, el sonido, la voz...): lo importante es estar ahí, ver al artista, acumular una vivencia que será profusamente evocada: "Yo estuve en el concierto de Chuck Berry en la Axerquía".

Dijo Bryan Wilson: "Aquellos que no lo reconocen como la fuente inicial o reniegan de su música o su espectacularidad muestran su ignorancia acerca del desarrollo del rock, así como su lugar como el primer creador de esta música. Elvis pudo haber encendido la imagen del rock and roll, pero Chuck Berry fue su corazón y su pensamiento original". Y John Lennon: "Si el rock se llamara de otra manera, se llamaría Chuck Berry". Es opinión extendida entre músicos, historiadores, comentaristas y demás entendidos que sin él no habrían existido (al menos, tal y como los hemos conocido) los Beatles, los Rolling Stones, los Beach Boys o Bob Dylan. Berry es un animal del escenario, un superviviente de todas las épocas y todas las músicas y ayer repasó medio siglo de rock, como si tal cosa, en el escenario del Teatro de la Axerquía.

En su comparecencia en Córdoba mostró esa fórmula que acertó a precisar Diego A. Manrique en su Historia del Rock: "Ritmo imparable, guitarra afilada, sonido electrificante, historias de excepcional precisión y poder de evocación. Como instrumentista define lo que es el estilo básico de lo que es el guitarrista de rock hasta el presente. Como compositor, sus piezas retratan de forma imperecedera el estilo de vida de la juventud de los años 50". Berry es un letrista cotidiano, preciso, fresco, no muy literario.

Ayer había muchos jóvenes en las gradas, muchos de los cuales quizá tuvieron su primer contacto con Berry a través del cine (Regreso al futuro, Pulp Fiction). La aureola de leyenda del rock le ha acompañado hasta traspasar la frontera del siglo XX: en 2004 la revista Rolling Stone le dio un lugar en su lista de inmortales, entre los 100 artistas más grandes de todos los tiempos, y el sexto puesto en la relación de los 100 mejores guitarristas de la historia.

Charles Berry junior (guitarra), Darlin Ingrid Berry-Clay (coros y armónica), James Marsala (bajo), Jean Michel Biger (batería) y Daniel Rossing (teclado) acompañaron al artista de Missouri sobre el escenario del teatro al aire libre. La noche tuvo cabida para varios generos y estilos en torno al eje central del rock: blues y country, sobre todo. El público, por supuesto, esperaba los clásicos, desde Johnny B. Goode, la historia de un joven de pueblo que podía tocar una guitarra como si fuera una campana, hasta Maybellene, el tema que le abrió las puertas de la Chess Record y con el que llegó a lo más alto de las listas radiofónicas de música negra en los años 50. Los expertos afirman que Berry fue, como inventor del rock, el primero que puso todas las piezas en su lugar: tomó el estilo de la guitarra del country y lo mezcló con la estructura del rhythm and blues en esta canción. Así, Maybellene puede ser citada como el inicio del rock and roll, un tema que extendió su influencia como un reguero de pólvora y aportó nuevos elementos a la música joven. El locutor Alan Freed la programó dos horas seguidas en su emisora de Nueva York.

Hay nostalgia en sus acordes y muchas ganas de seguir tocando. El muchacho de Missouri nos contó la América de los 50.

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