Crítica de teatrocine

Vuelo en picado

José Sacristán y Javier Godino, el pasado sábado en el Gran Teatro.

José Sacristán y Javier Godino, el pasado sábado en el Gran Teatro. / barrionuevo

Muñeca de porcelanaHHHHH

Autor: David Mamet. Dirección: Juan Carlos Rubio. Producción: ¡Bravo! Teatro y Talycual. Reparto: José Sacristán y Javier Godino. Versión: Bernabé Rico. Fecha: Sábado 14 de enero. Lugar: Gran Teatro. Lleno.

El Gran Teatro abrió el telón en este nuevo 2017 con el patio de butacas repleto para ver Muñeca de porcelana, de David Mamet. Después de un estreno con aplazamientos, unido al desafortunado paso por Broadway el pasado 2015 debido a las acusaciones dirigidas a su protagonista, Al Pacino, por falta de profesionalidad al ver el público cómo usaba pinganillo y otros artilugios para recordar el texto, Bernabé Rico realiza la versión en castellano para que la obra aterrice sobre los escenarios españoles bajo la dirección de Juan Carlos Rubio y protagonizada por José Sacristán y Javier Godino. En 24 horas que transcurre la acción contemplamos cómo el aparente error de transacción de un magnate vinculado a las altas esferas del poder será el primer peldaño de una escalera que le obligará a descender de su cima hasta lo más hondo.

Como ya es habitual, nuestro paisano Juan Carlos Rubio demuestra su magistral dirección aportando ritmo e intensidad en la justa medida al declive vertiginoso que transforma la historia, sobre un espacio escénico magníficamente diseñado por Curt Allen Wilmer. A estas alturas, poco más se podría decir de quien protagoniza la obra. José Sacristán es un caballero de trayectoria impecable y su experiencia lo avala. Llevar tanto tiempo en activo y mantener el nivel no es fruto de la casualidad. Requiere perseverancia y absoluto respeto al trabajo, más aún cuando subimos al escenario. Es allí donde no existen triquiñuelas que ayuden a actuar, por muy modernas que sean. Sobre las tablas la interpretación está por encima de todo y el señor Sacristán lo sabe, acepta y consigue de manera descomunal. Durante los 75 minutos que dura la obra no hay instante alguno que no llene el teatro con su presencia y voz enorme. Mucho esfuerzo requiere la tarea de Javier Godino, al que hay que agradecer su generosidad por permanecer a la zaga de su veterano compañero y ofrecer la réplica necesaria en todo momento. La pareja fue despedida con el público de pie fundido en un aplauso que los obligó a salir varias veces a saludar.

Muñeca de porcelana es un retrato contemporáneo sobre el poder y como éste nos engulle y digiere. En él no existe nada nuevo que contar salvo la prodigiosa mano de Mamet para escribir frases en un lenguaje directo que cala. Desgraciadamente, el cuento del pez gordo que se asfixia por saltar de la pecera asombra tanto como el sol de julio. ¿Hace falta algo más para cambiar esto?

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