Cultura

La torre barroca de Santo Domingo de Silos recupera su aspecto original

  • La Consejería de Cultura culmina la restauración de la estructura, desarrollada en los últimos diez meses con un presupuesto de más de 76.000 euros

La torre de la antigua iglesia de Santo Domingo de Silos, en la plaza de la Compañía, ha recuperado su aspecto original tras una restauración llevada a cabo en los últimos diez meses por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Esta torre es prácticamente el único vestigio que se conserva de la citada iglesia fundada por Fernando III tras la conquista de Córdoba.

Los trabajos, según explicó ayer la delegada de Cultura de la Junta en Córdoba, Mercedes Mudarra, han consistido fundamentalmente en la recuperación de los revestimientos. Se han realizado catas de limpieza y tratamientos de consolidación con el objeto de conservar los restos originales de los revocos policromados, principal referencia documental y testimonial de la estética barroca original de la torre. J. B. C. Construcciones Bellido ha sido la empresa responsable de estas labores.

La decoración ha sido completada con un criterio de diferenciación, utilizando para ello una intensidad cromática más baja que la que presentan los restos originales.

Asimismo, la intervención, cuyo coste total ha sido 76.046 euros, ha incluido el saneamiento de los revestimientos en el interior de la torre, la consolidación de la carpintería interior y la renovación de las ventanas y el último tramo de la escalera.

La torre de Santo Domingo de Silos, desde la que se puede contemplar casi toda la ciudad, fue erigida en 1762, formando parte de la desaparecida parroquia del mismo nombre, trasladada en 1782 a la iglesia de la Compañía. Posteriormente fue segregada y estuvo sin uso ni mantenimiento durante décadas. Quedó totalmente desvinculada de la iglesia cuando la Junta de Andalucía instaló en ella el Archivo Histórico Provincial.

Este edificio de estilo barroco presenta una estructura de fábrica de ladrillo mampuesto, revestido con esfoscados y enlucidos policromados. Tiene planta cuadrada, con tres pisos superpuestos de tamaño decreciente. El primer cuerpo se presenta macizado, con ornamentación escasa. El segundo posee vanos adintelados a través de los cuales penetra la luz. El tercero recibe la luz por medio de ventanas de medio punto enmarcadas en pilastras.

Esta actuación, según Mudarra, "es importante porque consolida la belleza de una de las plazas más representativas de la ciudad" y porque continúa con la línea de "mantener todos los espacios públicos en las mejores condiciones".

La torre no es ahora accesible para el público, pero la Junta espera que en un futuro se puedan realizar visitas, "siempre en grupos reducidos".

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