El filme The Square, dirigido por el sueco Ruben Östlund, una película con mucho humor e ironía que no aparecía en las quinielas de favoritos, se llevó ayer la Palma de Oro del 70º Festival de Cannes, según anunciaron el presidente del jurado, Pedro Almodóvar, y la actriz Juliette Binoche. El actor estadounidense Joaquin Phoenix y la actriz alemana Diane Kruger conquistaron los premios de interpretación por You were never really here, de Lynne Ramsay, e In the fade, de Fatih Akin. El griego Yorgos Lanthimos, por The killing of a sacred deer, y la británica Lynne Ramsay, por You were never really here, ganaron ex aequo el galardón al mejor guión, y la película rusa Nelyubov, de Andrey Zvyagintsev, se llevó el Premio del Jurado. 120 battements par minute, del francés Robin Campillo, la historia del activismo de los enfermos de sida en los años 80 que encabezaba todas las apuestas para hacerse con la Palma de Oro, logró el Gran Premio del Jurado. Y el Premio Especial de Cannes fue para Nicole Kidman, protagonista de La seducción y The killing of a sacred deer.

Sofia Coppola se alzó con el trofeo a la mejor dirección por The Beguiled, un drama ambientado en la Guerra Civil estadounidense sobre una escuela de señoritas del sur de Estados Unidos. No pudo asistir a la ceremonia, pero envió un mensaje en el que dio gracias a su padre por enseñarle a escribir y dirigir, así como el amor por el cine, y también agradeció a Jane Campion por ser un modelo a seguir.

La película rusa 'Nelyubov', de Andrey Zvyagintsev, conquista el Premio del Jurado

Östlund se adentra en The Square en el mundo del arte como sátira de la sociedad occidental en un filme que está lleno de momentos y elementos surrealistas que hacen de esta película algo "diferente", como reconoció en su presentación la actriz Elisabeth Moss.

Ese era además el objetivo de Moss, conocida por series televisivas como Mad Men o The Handmaid's Tale, que aceptó participar en esta película, recibida con risas y aplausos en el festival, porque era "un desafío increíble" e iba a hacer algo fuera de lo que hace normalmente. Junto a ella aparecen otros dos rostros televisivos, el británico Dominic West (The Wire) y el sueco Claes Bang (The Bridge), en un filme que ni el director ni sus actores quisieron calificar de político, aunque reconocieron que trata "de la hipocresía de la forma de vida occidental".

Claes interpreta a Christian, el director de un museo de arte moderno de Estocolmo, un hombre de éxito al que roban el móvil y la cartera en una escena digna del mejor teatro del absurdo. Su reacción ante este robo se aleja totalmente de lo que se espera de alguien en teoría centrado, de éxito y con autocontrol, lo que le permite a Óstlund criticar sin piedad la aparente perfecta sociedad sueca. Así como el mundo del arte en el que se mueve el protagonista y en el que hay personajes como Julian, el artista al que interpreta West; Anne (Moss), una periodista que no entiende las descripciones de las obras artísticas más modernas y que tiene un chimpancé como mascota; y Oleg (Tierry Notari), que hace performances simulando ser un simio.

"Estoy embargada de emoción", dijo Kruger al recoger el premio a la mejor actriz. También dio las gracias a Akin por creer en ella. "No puedo aceptar este premio sin pensar en todas las personas que se han visto afectadas por atentados de terrorismo", añadió.

Phoenix, al escuchar su nombre como el del ganador como mejor actor, no podía creerlo y se quedó clavado en su butaca. Subió al escenario con su smoking y casi pidió perdón por ir en zapatillas deportivas, pues no esperaba tener que subir al estrado, según dijo a la audiencia.