Cultura

Regreso al planeta Cavafis

  • La colección Biblioteca de Literatura Universal de Almuzara reúne, en edición de Pedro Bádenas de la Peña, toda la poesía del griego, ampliando el tradicional canon de 154 poemas

Constantino Cavafis.

Constantino Cavafis.

En España, aclara Pedro Bádenas de la Peña, "se conoce bien a Cavafis, pero tanto las numerosas traducciones de selecciones de su poesía como algunas pretendidamente completas siempre se limitaban a los 154 poemas que figuraban en las ediciones griegas"; es decir, "la selección que en 1935 publicó en Alejandría Rica Sengopulu -albacea del poeta- de los poemas que el propio Cavafis, fallecido dos años antes, había escogido pensando en una ulterior publicación, ya que el autor nunca publicó en vida una obra poética reunida". Este "canon" de 154 poemas "es el que pasó a ser el único corpus poético de Cavafis en Grecia y en el extranjero, a medida que se iba traduciendo total o parcialmente". "Pero la poesía de Cavafis", señala el experto, "es mucho más que esos 154 poemas que yo, en mi clasificación, denomino canónicos. En realidad se han conservado 305 poemas de Cavafis. En 1982 llegué a reunir 249 poemas en mi primera traducción de la Poesía completa (Alianza), y desde entonces, en sucesivas ediciones, siempre revisadas y actualizadas, llegué a integrar 56 poemas más". Ahora, en la edición de la colección Biblioteca de Literatura Universal (BLU) de Almuzara, "por primera vez se pueden leer esos 305 poemas en su original griego, junto a mi traducción, sistemáticamente clasificados y ordenados, con una numeración correlativa" y "numeración de versos, para fijar la forma de citar". La editorial acaba de publicar este volumen que es el fruto de un "proceso largo" pero que ha "valido la pena", según el filólogo y traductor, "porque uno de los problemas en la recepción y consideración de Cavafis ha sido, por un lado, la enorme dispersión de sus poemas, y, por otro, la visión forzosamente parcial debida a la limitación" impuesta por la aparición "aleatoria" de "poemarios sueltos". Por otra parte, este volumen se complementa "con una amplia selección de prosas que aparecerán próximamente en la serie minor de la BLU". En sus notas a los poemas Bádenas hace "continuas referencias a las prosas, pues resultan significativas para el quehacer poético" del autor.

Nacido en Alejandría en 1863, Constantino Cavafis, "griego de Egipto", fue "una personalidad muy compleja, de gran cultura, políglota y de una rigurosa erudición que permea toda su obra". "Él mismo", destaca el especialista, "sostenía que su poesía comprendía tres grandes categorías: poemas filosóficos, históricos y eróticos, lo cual es en principio cierto, pero no toda su producción poética ni sus prosas son tan claramente clasificables. Muchos poemas son a un tiempo históricos y eróticos; otros exclusivamente filosóficos, pero centrados en cuestiones éticas más que estrictamente especulativas. Una gran parte de su creación encierra problemas filosóficos pero con argumentación histórica o erótica, o de ambas a la vez. Además existe una gran número de poemas de reflexión estética y poética integrada en cualesquiera de las categorías mayores que señaló el propio Cavafis".

Bádenas explica que, "por razones familiares muy diversas, Cavafis gozó de posibilidades de una buena formación en su infancia y primera juventud, sobre todo en el aspecto lingüístico". El poeta "pertenecía a una familia acomodada, venida luego a menos, de la burguesía occidental de una Alejandría cosmopolita. Vivió, de niño, largo tiempo en Inglaterra y pasó su adolescencia en Estambul". Cavafis "no viajó mucho pero siempre estuvo en contacto directo con las corrientes literarias y estéticas de su época, tanto por sus lecturas en francés e inglés como por el ambiente cultura de la Alejandría de su época. Siempre sintió pasión por la Historia; de hecho, de joven llegó a empezar la confección de un diccionario histórico. Conocía perfectamente de primera mano la historiografía griega antigua e igualmente la literatura clásica y, sobre todo, la helenístico-romana, y era un experto en la Segunda Sofística, como prueba el inventario de su biblioteca privada. Además frecuentaba las bibliotecas de las instituciones científicas de Alejandría, con lo que estaba al corriente de las últimas novedades en papirología, epigrafía y numismática". Su prosa "rebosa de artículos, reseñas y notas que dan perfecta idea de la amplitud de sus intereses intelectuales y científicos, no solo literarios y estéticos".

El erotismo es un elemento clave en su poesía. El helenista indica que "lo centró en la homosexualidad por razones personales, pero también pudo hacerlo porque el amor homosexual, por estar sometido a una fuerte presión social, permite presentar de manera más desgarrada los eternos problemas de las relaciones humanas, que obviamente también están presentes en la heterosexualidad. El amor, con independencia de su signo, está igualmente sometido a las contingencias del azar, del desenfreno, del infortunio y la muerte. Es muy significativo que muchos de los poemas abiertamente eróticos se centren en la tensión anímica que produce la inseguridad, por ejemplo ante el miedo al abandono del amante o ante la amargura de una separación impuesta por las circunstancias". El tema erótico cobra así "una multiplicidad de matices a partir de la ambigüedad de los personajes y de la inestabilidad de las situaciones". En muchas ocasiones Cavafis "trata la complejidad emocional con gran sutilidad, y entonces el erotismo pasa a ser determinante en la formulación poética". "La inestabilidad, la incertidumbre esencial del individuo son, creo yo, la nota más característica del pensamiento cavafiano y lo que mejor permite comprender la yuxtaposición del lenguaje erótico e histórico en su poesía", añade el experto.

Sobre el carácter irónico del autor de Esperando a los bárbaros, Bádenas anota que "desde sus primeros poemas Cavafis recurrió a la ironía de la Historia como tema de inspiración. El método consiste, primero, en describir cómo un personaje histórico, real o imaginario, ve el mundo, y luego cómo los acontecimientos vienen a refutar esa visión. De manera que, en toda su poesía, la ironía velada o explícita es un recurso funcional casi permanente y, desde luego, fundamental para entender los múltiples planos con que juega".

Sobre la proyección de Cavafis en la poesía del siglo XX, el experto recuerda que hasta mediados de esta centuria no aparecieron las primeras traducciones de su poesía canónica: "Al inglés por John Mavrogordato (1951) y Rae Dalven (1961), al francés por Yourcenar-Dimarás (1958) y Paputsakis (1958), al italiano por Pontani (1961). En España, las primeras traducciones de pequeñas selecciones de Cavafis se producen al hilo de los tímidos cambios en el panorama político español encuadrados en las transformaciones económicas de la época. Así, unas nuevas generaciones de jóvenes autores introdujeron entre finales de los años 50 y durante los 60 nuevos aires en la poesía española: Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Pere Gimferrer, Jaime Gil de Biedma, Francisco Brines, etc. En este ambiente es donde influyó poderosamente lo poco que aún se conocía de Cavafis en España y resultó fundamental la labor de José Ángel Valente. Posteriormente, en la década de los 70, con un mejor conocimiento a través de nuevas traducciones con mayor número de poemas, Cavafis influiría con fuerza en la generación de los Novísimos (Jaime Siles, Luis Alberto de Cuenca, por ejemplo)".

En España "el mérito de la primera traducción" corresponde a la "hermosa y cuidada selección de poemas" vertida al catalán por Carles Riba (Barcelona, Teide, 1964). En ese año, añade Bádenas, "aparece por primera vez en castellano una selección de Veinticinco poemas, en versión de Elena Vidal y José Ángel Valente (Málaga, Caffarena y León). Desde entonces hasta hoy han aparecido más de 30 traducciones en lengua española de la poesía de Cavafis". Sin embargo, "solo algunas pocas llegaban a comprender los famosos 154 poemas". Cavafis es "el autor griego mejor conocido en nuestra lengua; en ninguna otra lengua extranjera existen tantas traducciones como en la española". Pero en este país "ha sido bastante complicado que las editoriales se avinieran a publicar textos bilingües, especialmente en poesía; el hecho de que el griego tenga su propio alfabeto ha sido siempre una excusa para no hacerlo", invocando "el tópico, demasiado fácil, de que una edición bilingüe es algo demasiado especializado". Un prejuicio que "se extendió a otras lenguas, con independencia del tipo de alfabeto". "Esto es indicativo", considera el especialista, "de la primacía que, por lo común, se ha dado a un mal entendido sentido de la rentabilidad en detrimento de la cultura, algo que me parece contradictorio" respecto a "la responsabilidad que tiene el mundo editorial como agente esencial en la creación y difusión de la cultura". Son "contadísimas" las ediciones de poesía de Cavafis con texto bilingüe. Así, la presente edición, esta inmersión en el planeta Cavafis, "honra a la colección BLU".

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