Lorenzo Ramos. Director de orquesta

"Quiero implicarme al máximo"

  • El nuevo responsable de la formación apuesta por diversificar sus actividades, de tal manera que esté presente en ámbitos muy diversos de la ciudad y desarrolle una labor social y educativa además de artística

Lorenzo Ramos ya piensa en la planificación de la temporada 2012-2013 de la Orquesta de Córdoba. Y en los próximos días estará en la ciudad para conocer sus espacios, sus responsables institucionales, la realidad cotidiana con la que se encontrará a partir de septiembre. Y para buscar casa. De carácter afable, con su hijo de ocho meses al lado, Ramos comunica al otro lado del teléfono sus pensamientos y sus proyectos con una mezcla de ilusión y serenidad, conocimiento y prudencia.

-¿Cómo ha recibido el nombramiento y cuál es su proyecto artístico para la Orquesta?

-Desde luego, ha sido toda una noticia que me hace una gran ilusión, sobre todo porque ha sido un proceso importante, en el que han concurrido muchos directores. Hay que reconocer la iniciativa del consorcio de desarrollar un proceso de este tipo -concurrencia pública abierta-, pionero en España. Se agradece porque cuando estos procesos dependen de una designación directa es muy difícil para la mayoría llegar a la titularidad. Era la tercera vez que se me presentaba la posibilidad de llegar a una titularidad pero ha sido la primera en que se me ha dado la oportunidad de presentar un proyecto. El proyecto quizá deben valorarlo otros, pero en cualquier caso yo he tratado de ajustarme a la realidad actual, a una situación económica complicada pero que no disminuye la ilusión y las ganas de trabajar. La Orquesta tiene cosas que mejorar y solucionar, por ejemplo el asunto de la sede, y yo voy a intentar ayudar en todo lo que pueda. Desde el punto de vista artístico vamos a intentar diversificar la actividad de la Orquesta, ampliar sus ciclos.

-El consorcio ha destacado su implicación y su máxima disponibilidad, hasta el punto de que se va a trasladar a vivir a Córdoba...

-Sí, estoy en contra de ese concepto de director titular que a lo largo del año pasa seis u ocho semanas en la ciudad de su orquesta y el resto está de viaje. Es mi primera titularidad en una orquesta profesional y quiero implicarme al máximo en el proyecto, hacer una inmersión que implica estar y vivir en Córdoba, darme a conocer y participar en la vida social y cultural de la ciudad. Ya ha pasado la época en que un director pasaba veinte o veinticinco años como titular de una orquesta, pero por otra parte no soy partidario de que un director titular viva entre el hotel y el avión. Hay que implicarse al máximo el tiempo que dure la vinculación. Quiero seguir un poco el modelo de Leo Brouwer, que por lo que me han contado vivió muy de lleno la ciudad. Por otra parte, ya me han avisado de que va a haber mucho trabajo y que voy a tener que estar muy presente, programando y dirigiendo.

-De hecho, esta temporada la Orquesta no ha tenido directores invitados.

-Entiendo que es una decisión extrema que responde a la situación económica y que no voy a valorar ni en positivo ni en negativo. Lo ideal, desde luego, es la variedad, sobre todo pensando en el público, porque al fin y al cabo trabajamos para él. En Málaga mi contrato exigía que dirigiera los títulos programados. Aquí espero que podamos contar con invitados porque es enriquecedor para la Orquesta.

-¿Qué conoce de la Orquesta de Córdoba, su historia y su presente?

-La he dirigido en dos ocasiones, una en Málaga hace tres años y otra en Córdoba la pasada temporada, con La voz humana y El secreto de Susana. Cuando se abrió el concurso me puse a buscar información en hemerotecas y otras fuentes para conocer lo máximo posible sobre la Orquesta, de la que también he escuchado algunas de sus grabaciones con el maestro Temes. Creo que tiene mucho futuro. En el panorama nacional es una de las primeras orquestas, y además es muy flexible, capaz de programar repertorios muy diferentes.

-Usted tiene mucha experiencia como director de música coral, óperas y zarzuelas. ¿Habrá una mayor vinculación de la Orquesta con estos géneros en los próximos años?

-Me gustaría, pero tenemos que ser conscientes de que la Orquesta de Córdoba no puede plantearse actualmente un proyecto lírico a gran escala. Por otra parte, la temporada lírica la establece el Gran Teatro.

-¿El número de conciertos de abono seguirá siendo 12?

-Creo que es una cantidad adecuada porque permite a la Orquesta desarrollar actividades fuera de la temporada de abono. La Orquesta viaja, graba, tiene otros ciclos..., y con un número de citas de abono más elevado tendría que restringir otros campos.

-¿Introducirá muchas novedades en los repertorios?

-Apuesto por la variedad, si bien soy consciente de que no siempre es fácil hacer los repertorios que a uno le gustan. Pero vamos a intentar contentar todas las sensibilidades.

-La Orquesta cumple 20 años sin haber resuelto el problema de la sede...

-Soy consciente, y también he leído que se plantea la posibilidad de trasladarse al Teatro Góngora. Pero necesito más datos y conocer este espacio de primera mano antes de hacer una valoración. En cualquier caso, Córdoba, al igual que Málaga, es una ciudad que lleva mucho tiempo demandando un auditorio. Me parece muy importante, eso sí, que la Orquesta ensaye donde va a tocar: la acústica no es un elemento menor.

-La comisión también ha valorado su disposición a llevar la formación a nuevos ámbitos...

-Sí, artísticamente podemos hacer muchas cosas y poner en marcha diversas iniciativas, algunas de las cuales serían una continuación de lo que se ha venido haciendo en los últimos años. La Orquesta puede protagonizar ciclos en las iglesias, colaborar con otras instituciones como el Círculo de la Amistad... Y socialmente también tenemos un papel. El ciclo de conciertos educativos es muy importante, y también tenemos que atender a personas que no pueden asistir a los conciertos porque están privadas de salud o de libertad. Llevarles, de alguna manera, la luz de la música a donde estén.

-¿En qué momento de su trayectoria le llega el nombramiento?

-En el más adecuado. A los treinta años, recién licenciado, rechacé una oferta porque consideraba que aún no tenía ni experiencia ni repertorio. Ahora es el momento justo para asumir una responsabilidad de este tipo. Es un gran paso para mí. Hoy se lleva mucho la figura del director titular muy joven que es casi una estrella mediática. Pero, como he dicho, hacen falta experiencia y repertorio, e implicación con lo que se va a hacer.

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