Cultura

Mozart se reencuentra con Salieri en Madrid

  • El cordobés Pablo García López interpreta al genial compositor en la ópera 'Mozart y Salieri', coproducción del Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March que se estrena hoy

Durante una semana, Pablo García López es Mozart en Madrid. El tenor cordobés interpreta al salzburgués en una versión de la ópera lírica en un acto y dos escenas Mozart y Salieri (con música de Nikolái Rimski-Kórsakov y texto inspirado en la obra homónima de Aleksandr Pushkin) coproducida por el Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March y que hoy celebra su estreno en la sede de esta última institución, donde permanecerá hasta el próximo sábado con un total de siete funciones, de las cuales tres serán escolares. La del próximo miércoles podrá escucharse en directo (19:00) a través de Radio Clásica.

"Esta obra está siendo para mí un total descubrimiento -señala García López-. Mozart es mi compositor favorito. Es una producción que creo que va a ser significativa en mi carrera, y además en Madrid. Me he acercado más al compositor a través de su correspondencia y la sensibilidad en la que basa su trabajo. Lo he sacado un poco del estereotipo de la película Amadeus para llevarlo a un plano más sensible y personal".

Con dirección musical de Borja Mariño y escénica de Rita Cosentino, escenografía de Antonio Bartolo y Cosentino y vestuario de Gabriela Salaverri, la obra indaga en la conflictiva relación entre los dos compositores. "Salieri lo que busca es ser: el mejor compositor, mejor que Mozart...; y Mozart lo que busca es sentir: desde que sale explica los sentimientos que le ha provocado componer el Réquiem o una sonata", apunta el cordobés, que plantea un personaje "con un gran fondo, que está muy conectado con la genialidad, pero fuera de ese estereotipo de loco o de persona con muchos tics o complejos sexuales".

Cosentino, añade el tenor, "le ha dado la vuelta a la historia y hace que todo sea un sueño en la demencia senil de Salieri, y pone en entredicho si Salieri envenenó a Mozart, que sabemos que es un mito, o si se lo imaginó... Es una vuelta de tuerca a la obra de Pushkin y Rimski-Kórsakov. Está muy bien planteada".

La obra se compone de cuatro personajes: junto a Mozart y Salieri (Ivo Stanchev), un asistente de Salieri y enterrador (Rafael Rivero) y un mendigo ciego violinista (Fran Parrado).

El director del Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco, señaló ayer en la presentación del espectáculo, en declaraciones recogidas por Europa Press, que la obra, estrenada en privado en 1897 y de manera oficial un año después, refleja la "rivalidad conocida" entre ambos compositores y propone una "fantasía". Por su parte, Cosentino anotó que se trata de "un drama muy profundo y complejo" que aborda la "envidia", traducida en "la admiración y la destrucción del otro", de manera que "la felicidad se basa en la miseria del contrario". En esta "contienda" Salieri "se queda solo" en los aspectos más negativos.

El destino del compositor italiano es, según Cosentino, "la muerte de Mozart", un desenlace que, sin embargo, se muestra "ambiguo" en esta producción y deja la "duda" al espectador. Sí es claro que existía "rivalidad" entre ellos, puesto que se disputaban la misma ciudad: Viena.

La directora de escena explicó que esta ópera también habla de la "problemática del arte", puesto que Salieri se "atormenta" con el "espejo de Mozart", en el que ve "sus debilidades", y reflexiona sobre las dos manera de entender la creación: la importancia de "la chispa que nace de forma natural" y el "trabajo que ha sido aprendido minuciosamente".

Las videocreaciones entran en juego en esta producción como "un nivel de lectura más", según Cosentino, y le sirven a nivel artístico para dar "rienda suelta" a su propuesta y profundizar en la dramaturgia.

García López estará en julio en Tel Aviv con Turandot, con Zubin Mehta, y tiene en la agenda una producción de Così fan tutte en San Sebastián y Málaga.

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