Cultura

Muere José Duarte, lúcido pintor del compromiso y miembro de Equipo 57

  • El artista cordobés fallece en Madrid a los 89 años

  • Su obra atraviesa distintas fases entre la abstracción y la figuración onírica

  • Protagonizó una retrospectiva en Vimcorsa en 2013

Hizo abstracción en los 50, expresionismo en los 60, realismo en los 70 y una figuración onírica con el cambio de siglo. Y más cosas, siempre con "sinceridad y pasión", según su galerista y amiga Angustias Freijo, comisaria de la exposición que en 2013 revisó en la sala Vimcorsa su singular trayectoria, y que fue su última gran cita artística en su ciudad natal. Ayer murió en Madrid José Duarte, pintor nacido en 1928, profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba y miembro de Equipo 57. Vivir desde las entrañas fue el nombre de aquella exposición que trazó el itinerario de un artista que entonces tenía 85 años y cuya salud ya era delicada. Un pintor que, procedente del arte geométrico, en los años 60 se consolidó "como una de las voces más potentes de un emergente realismo social", en palabras de Juan Manuel Bonet.

Desde las entrañas. Así vivió y pintó Duarte, del que Freijo, gran especialista en su obra, siempre destacó su honestidad: "Más allá de su innegable calidad como pintor y de un oficio que salta a la vista", fue "toda su vida" un hombre y un artista "comprometido".

Y eso le llevó a ser un creador respetado, que no vivió buscando el éxito y que de hecho optó por ir frecuentemente a contracorriente. En el periodo de la dictadura nunca perdió el norte de la crítica social, poniendo el dedo en la llaga y abordando temas que escocían a muchos. Peleó desde dentro, "con la pintura y una honestidad total", subrayó la experta con motivo de la inauguración de Vivir desde las entrañas.

En Duarte se daba "el encanto de la rebeldía, un aspecto inherente a su naturaleza". El cordobés, que adquirió una experiencia decisiva en sus años en París (donde conoció a Picasso), desarrolla la abstracción geométrica cuando nadie la hacía y posteriormente prolonga su vocacióncontracultural con Equipo 57 -junto a Ángel Duarte, fallecido en 2007, Juan Cuenca, Juan Serrano y Agustín Ibarrola-, que propone un arte fuera de los museos y que para muchos críticos tenía interés más por su manifiesto que por sus valores plásticos.

"Para Equipo 57", señaló Duarte en una entrevista con este periódico en 2002, con motivo de una exposición en la Diputación, "el espacio era una cosa muy pura, la obra estaba basada en la concepción de pureza del espacio. En mi caso, busco la interpretación de los espacios plásticos pero como un juego con los elementos normales, con las figuras o los objetos. En mis cuadros estoy jugando con el espacio, que va a tener más intensidad llevándolo al extremo. La experiencia de Equipo 57 me ha servido mucho, porque todo enseña, pero son cosas que no se pueden confundir".

Y, respecto a la escena artística contemporánea, añadía: "En el panorama actual las vanguardias pasaron, ahora fluctúan cosas nuevas, pero también hay algunas que parecen como vueltas al pasado, no para copiar, sino porque hay cosas interesantes, como Velázquez, que nunca han pasado. Hay conceptos, como los de Duchamp, que han servido mucho, pero creo que el contenido es muy importante. Si sacas una cosa de contexto pierde el concepto y el contenido, lo considero un error".

Nunca intentó contentar al mercado, aunque algunas obras o series puntuales prosperaron en ese ámbito. Obreros, fábricas y la gente del campo protagonizan sus lienzos en los años 70, y en los 80, con la democracia en trances de consolidación, su obra adquiere paz, descanso y optimismo. Finalmente, con el cambio de siglo en sus cuadros, muy vitales, se concreta una intención narrativa y se respira algo de realismo mágico. Una imaginación desde la entraña, donde el arte y la vida encuentran su sentido último y primero.

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