Cultura

Montaldo pide un cine más reivindicativo

  • La Mostra de Valencia dedica una retrospectiva al realizador, que rechaza el poder de las televisiones sobre el séptimo arte

El director Giuliano Montaldo, referente de la filmografía política gracias a películas como Sacco y Vanzetti, considera que el cine debe ser "polémico, divertido e irónico", pero nunca "reverente" con el Estado, algo cada día más difícil entre "un pueblo de mirones" que ha perdido su ideología.

El realizador italiano echa de menos un movimiento cinematográfico reivindicativo, como el que protagonizaron él y Pier Paolo Pasolini, entre otros, pero "¿quién lo paga ahora?", se pregunta.

Esta carencia, en su opinión, tiene su principal origen en la televisión, a la que ahora todos los cineastas acuden para buscar financiación, "porque la tele quiere cosas tranquilitas", pero también en la falta de reflexión.

Montaldo (Génova, 1930), a quien la Mostra de Valencia dedica una retrospectiva en su actual edición, lamenta la supremacía de la televisión como principal canal de financiación para las películas.

"Mussolini dijo que el cine era el arma más poderosa, algo que otros dictadores entendieron muy bien. Ahora el arma más fuerte es la televisión, lo saben muy bien Italia y su presidente", comenta el realizador, que observa "con dolor" la situación política de su país.

Recuerda que cuando comenzó a hacer cine -"prácticamente cuando acabaron los hermanos Lumiere", bromea- había un "fuerte temperamento ideológico y ganas de remangarse", algo que se está perdiendo en el actual "desconcierto cultural".

"Los medios dedican mucho más tiempo a la televisión que al cine, y eso genera una gran cantidad de imágenes sin imaginación"; esto hace que cada vez "sea más difícil definir una identidad cultural", lo que dispersa la reivindicación social.

"Esta lucha ha existido siempre, pero ahora somos más débiles ideológicamente, porque, entre otras razones, la izquierda se ha fragmentado en cachitos", argumenta. El capitalismo está unido "porque paga", pero la izquierda compite entre sí por cuestiones como "yo he leído tres libros más que tú".

"Nos hemos convertido en un pueblo de mirones y hemos copiado la técnica de los políticos de no dejar hablar. Hemos perdido la capacidad de escucharnos para ver quiénes somos", lamenta el veterano realizador, que cree que la sociedad "se ha hecho mucho más egoísta por culpa del consumo".

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