Cultura

Moderno y en movimiento

Fecha: jueves 9 de julio. Lugar: Gran Teatro. Media entrada.

Músicos de los cuatro puntos cardinales se han empapado, a caballo entre la sorpresa y la estupefacción, en las lecciones que Scofield ha ido ofreciendo guitarra en mano a lo largo de su carrera. Muchas y muy diversas han sido sus apuestas. La capacidad de este guitarrista para diseñar líneas que acaban marcando tendencia es tan inusual como aparentemente sencilla. Al menos para él. En Córdoba acometió una nueva de sus lecciones, marcada, cómo no, por su capacidad para impresionar, explorar y experimentar. Y lo hizo teniendo como punto de partida su disco más reciente, que le ha acercado a los sonidos gospel y en el fondo al blues, hermanos al fin y al cabo del jazz y compañeros de un viaje apasionante.

Abrió el concierto con That Enough, de Dorothy Love Coates, uno de los temas más conseguidos del nuevo álbum, del que añadió después It's a big army (firmada por él mismo), para perderse por entre piezas de diversos otros momentos de su trayectoria, como 99 y medio, Leaving this town o We got love. Scofield correteó como un crío, de forma respetuosa pero caprichosa, por entre piezas provenientes de canteras dispares, pero todas capaces de conformar por sí mismas una clara y prodigiosa demostración de sus cualidades. El repertorio se convirtió en una mezcla sencilla pero efectiva de tradición y contemporaneidad que hizo las delicias de un público entregado que supo apreciar la entrega de los músicos.

Con las adecuadas dosis de lujo y elegancia , Scofield, Jon Cleary, Donald Ramsey y Ricky Fataar mostraron que saben afrontar retos, transitar sendas nuevas y no conformarse con dar vueltas alrededor de su ombligo. Asistimos a una vuelta de tuerza más en la difícil evolución del jazz, ese género que muchos creen estancado. Scofield lo hace de forma moderna, móvil, incapaz de anquilosarse. Y lo mismo da que rebusque en los baúles del gospel o que evoque a Miles, Parker o cualquier otro clásico; su visión es siempre innovadora y contemporánea. Envidiable su forma de abrirnos nuevas posibilidades con calma y sosiego, sin grandes alardes de cara a la galería, capaz de conversar con otros géneros de forma natural, lo mismo con el pop que con el blues o el gospel, creando constantemente nuevas formas de afrontar cada pieza, ya sea a base de ritmos cruzados, fraseos, caricias o dulces arañazos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios