ENTREVISTA · NURIA GALLARDO

"Marisa y yo nos odiamos muy bien para luego querernos mucho fuera de escena"

  • La actriz protagoniza junto a Marisa Paredes una versión teatral de 'Sonata de Otoño' de Ingmar Bergman, que llegará al Gran Teatro mañana y el sábado

Nuria Gallardo (Madrid, 1967) ha trabajado en cine, doblaje y televisión, pero sin duda el teatro ha sido su terreno más prolífico. En su actual proyecto, Sonata de Otoño, comparte escenario con Marisa Paredes, encarnando a una madre (Charlotte) y una hija (Eva) que mantienen una tormentosa relación por la dedicación exclusiva de la primera a su profesión. Esta versión de José Carlos Plaza y Manuel Calzada de la obra de Ingmar Bergman ocupará el escenario del Gran Teatro mañana y sábado.

-¿Cuál es el epicentro de la obra?

-La obra se basa en el encuentro de Charlotte y Eva. Después de siete años sin verse pasan una noche juntas. La función empieza con el encuentro, pero el peso del pasado y los reproches las persiguen.

-¿Por qué huye Charlotte de sus responsabilidades y de su familia?

-Desde el punto de vista de Eva, la principal razón por la que el personaje de Charlotte no está en casa es que su vida como persona independiente le puede dar más satisfacciones que vivir con su familia.

-¿Cómo son los sentimientos de Eva respecto a su madre?

-Es una niña abandonada y es una niña que tiene mucho dolor, pero que no quiere dejar de luchar por conseguir esa unión familiar.

-¿Es su personaje todo lo contrario a su madre?

-No, son iguales, las dos persiguen lo mismo. Eva vive en el seno de una familia, no trabaja, solamente colabora en una parroquia y es mujer de un pastor anglicano. Vive en un pueblo, apartada de lo que es el mundo de la ciudad. En esta situación es lógico que viva en una familia. Es la madre la que vive en un contexto social de una pianista famosa que se mueve dentro de un ámbito laboral. Entonces Eva no es que se dedique más a la familia, es que su familia forma parte de su vida.

-¿Se aleja esta versión de José Carlos Plaza de la obra original de Ingmar Bergman?

-Sí. Bergman dijo en su momento que no estaba contento con la película, que no había hecho realmente lo que él quería hacer. En parte porque Ingrid Bergman venía con su personaje muy elaborado desde Hollywood y entonces tenía una manera de trabajar diferente. La manera en que se proyectó ese trabajo fue muy distinta a como él quería hacerlo y tuvo graves problemas a la hora de poner en práctica lo que quería contar con la función. Creo que aquí no ocurre, que José Carlos Plaza y Manuel Calzada han sido lo más fieles posible al texto original de Bergman y sobre todo a lo que quería contar.

-¿Qué supone para usted trabajar con una actriz tan reconocida como Marisa Paredes?

-Para mí es estupendo. Desde que era pequeña he vivido con una foto de ella colgada en la pared de mi casa porque Marisa Paredes y mi madre han trabajado juntas. Estar con ella, por tanto, no es nada fuera de lo habitual.

-¿Cómo se siente en el escenario acompañada por ella?

-Muy bien, nos llevamos fenomenal. Nos encanta odiarnos, nos odiamos muy bien para luego querernos mucho fuera del escenario. He trabajado muy bien con ella y no existe ningún problema; quizás el problema es que nos tenemos que llevar mal y entonces hay que acordarse de que hay que odiarse en el escenario.

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