Cultura

José Luis Muñoz indaga en 'El mal absoluto' del periodo nazi

  • El escritor combina la ficción y la investigación en una novela publicada por Algaida

El escritor salmantino José Luis Muñoz ahonda en las raíces del mal durante el periodo nazi en su última novela, El mal absoluto, en la que combina la investigación periodística y la ficción literaria.

Muñoz señala que el origen de la historia de El mal absoluto (Algaida) está en una serie de reportajes que emitió la BBC con motivo del 60º aniversario de la liberación de los campos de concentración.

"Uno de aquellos documentales incluía el testimonio de un superviviente de Auschwitz y de un antiguo oficial de las SS del campo", señala Muñoz.

De hecho, la primera parte de la novela narra la entrevista que una periodista de la televisión alemana ZDF hace al antiguo oficial de las SS de Auschwitz Günter Meissner, ahora un acaudalado empresario, y a un superviviente del campo de extermino que vive casi en la indigencia, Yehuda Weis.

En el documental de la BBC, comenta Muñoz, también se entrevistaba a un verdugo y a varias víctimas: "Curiosamente, el primero salía en una lujosa casa y no mostraba el más mínimo arrepentimiento, mientras que los supervivientes del Holocausto aparecían en penumbra, como avergonzadas de haber sobrevivido".

El autor salmantino asegura que en todo momento ha intentado "no tomar partido por ninguno y mostrar las ideas de cada uno".

De este modo, Meissner se pavonea con sus argumentos en un intento de que el lector "casi entienda sus razones". El oficial proclama una y otra vez unos argumentos que invitan casi a entenderlos, aparte de decir que "los nazis hicieron cosas buenas".

La víctima muestra, por su parte, una actitud extraña porque es "doble víctima", pues para sobrevivir tuvo que hacerse colaboracionista con los nazis.

Las 100 últimas páginas del libro están dedicadas a "una venganza aplazada en el tiempo", una segunda parte, escrita en tono de thriller, que arranca cuando Yehuda Weis ve el documental y descubre en la pantalla de su televisor a su carcelero, el hombre que lo salvó y condenó al mismo tiempo.

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