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'Ciberpunk' remasterizado

  • El manga de Shirow es sofisticado, divertido y visualmente portentoso y está tan preñado de ideas y conceptos que ha generado un sinfín de 'spin-offs'.

Detalle de la obra.

Detalle de la obra.

Todavía no he ido al cine a ver Ghost in the Shell: El alma de la máquina. Y eso que llevo enganchadísimo desde siempre al mundo de ciencia ficción creado por Shirow Masamune. Tengo los cómics y también varias ediciones de las películas de Mamoru Oshii, el anime televisivo Stand Alone Complex, los OVAs, dos o tres libros de bocetos, una docena de figuras de Kusanagi y compañía y hasta alguna otra novela que me leí en su día (y que me gustó bastante). Vamos, que soy de los que deberían haber salido corriendo al cine el día del estreno, pero no lo he hecho. Podría poner como excusa que no he tenido tiempo, y les mentiría. Es que la idea de un Ghost in the Shell estadounidense se me atraganta. Veo en internet que la superproducción dura dos horas, y yo he preferido invertir ese tiempo, como forma de celebrar que esta serie multimedia vuelve a estar de moda, releyéndome la obra maestra de Shirow. ¿Que qué me ha parecido el tebeo, tantos años después? En una palabra: flipante.

Digo que lo he releído, pero para la ocasión no he sacado mi viejo tomo de la estantería, sino que he tomado el volumen recién editado por Planeta dentro su colección Trazado, y que les recomiendo. Para empezar está encuadernado en tapa dura e impreso en orden de lectura oriental, es decir, con las páginas tal como se publicaron originalmente, al contrario que la anterior edición, tiene mejor papel (lo que se traduce en mayor nitidez), una nueva traducción y una rotulación también nueva y más ordenada. Faltan, eso sí, unas breves escenas pornográficas que figuraban en la primera edición y que ahora han desaparecido. He leído aquí y allá que han sido censuradas, y esta es una afirmación errónea. Opino que es decisión del artista corregir lo que considere oportuno en las sucesivas ediciones de su obra, y así lo ha hecho. Shirow está en su derecho de prescindir de las páginas en cuestión, ya sea porque rompen el tono de la obra, porque enlentecen la lectura o por lo que le dé la gana. Censura sería, en cambio, que las hubiese eliminado la editorial sin el permiso del autor. Personalmente, me gustan y excitan visualmente esas escenas lésbicas eliminadas, pero concedo que no aportan gran cosa a la trama. En todo caso, insisto, Shirow tiene la última palabra. Otro cambio que se hace patente en portada: el título ya no es Ghost in the Shell ni Patrulla especial Ghost, sino The Ghost in the Shell, con el artículo definido, tal como rezaba en el interior de la vieja edición.

Por si acaso no lo saben, acabo diciéndoles que The Ghost in the Shell es un conjunto de historias cortas, publicadas en revistas japonesas en 1989 y 1990, de temática ciberpunk protagonizadas por los agentes de una especie de fuerza policial (entre los que destaca un imponente cíborg femenino, la Mayor Motoko Kusanagi) que investiga delitos tecnológicos y terrorismo en un futuro cercano. El manga de Shirow es sofisticado, divertido, visualmente portentoso y está tan preñado de ideas y conceptos que ha generado el sinfín de spin-offs mencionado más arriba.

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