Cultura

Cartagena sale a hombros por una Puerta Grande 'demasiado ancha'

  • El rejoneador alicantino cortó fue premiado con dos orejas por una faena con garra y mucha exposición, que sin embargo fue rematada de un bajonazo

Pies de plata, Botijero, Bailador, Zapatero, Sacristán y Valenciano, seis toros de San Pelayo, encierro de la ganadería de Pedro Gutiérrez Niño de la Capea, que fracasó estrepitosamente en su debut en Las Ventas. Un encierro manso, que marcó el rumbo de un espectáculo plúmbeo, en el que destacó por su garra Andy Cartagena, que cortó dos orejas, y en el que estuvieron discretos los veteranos Joao Moura, que se marchó de vacío, y Pablo Hermoso de Mendoza, que consiguió un trofeo.

Andy Cartagena, con ganas de jugársela y frescura en su toreo, despertó a los espectadores justo en el ecuador del espectáculo. Hasta ese momento el aburrimiento se había adueñado de los tendidos. Lo consiguió con una faena en la que arriesgó mucho, cosechando las primeras ovaciones con Fandi. Con la yegua Carioca alegró más al personal en tres pares al violín consecutivos. Mató de feo bajonazo, con derrame y perdió un trofeo. Con el manso sexto volvió a exponer mucho. Consiguió que el público vibrara cuando, a lomos de Pericalvo, prendió buenos pares. Mató de un bajonazo, que tuvo un efecto fulminante. Pese a ello le concedieron dos orejas. Y es que el público del rejoneo se vuelve loco y poco le importa la colocación del acero.

Pablo Hermoso de Mendoza dio una buena dimensión, aunque dio la impresión que ha bajado el dipasón en lo que ha sido su desmedida hambre de triunfo. Con su primero, manso y distraído, el navarro se lució de salida en un rejón de poder a poder a lomos de Curro. En banderillas, labor insulsa. Estuvo desacertado con los aceros. Con el quinto, también mansote, pero manejable, consiguió lo mejor en banderillas, con Chenel. Mató de certero rejonazo y se le premió con una oreja.

Joao Moura, con técnica y facilidad, tuvo una actuación discreta. Con el noble primero clavó con facilidad en una faena en la que faltó transmisión por la mansedumbre del toro. Al cuarto, otro manso, lo lidió con más alegría y consiguió arrancar algunas embestidas emocionantes montando a Castella. También prendió con acierto. Sin embargo, con los aceros, estuvo mal.

El éxito fue para Andy Cartagena, el torero que con mayor decisión apostó por el triunfo. Aunque eso sí, salir a hombros tras un bajonazo es cuanto menos discutible. Ayer, la Puerta Grande de Las Ventas, como suele suceder en los festejos de rejones, fue de manga ancha; en definitiva, una Puerta Grande demasiado ancha.

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