Un número indeterminado de personas murieron o resultaron heridas ayer en las explosiones registradas en el Ministerio del Interior en Damasco, según los medios oficiales sirios, mientras que un grupo opositor cifró en 25 las víctimas.

La televisión estatal indicó que el ministro del Interior, Mohamed al Shaar, y otros altos oficial salieron ilesos de las tres explosiones, que tuvieron como objetivo la entrada del edificio. La agencia de noticias Sana acusó del atentado a "terroristas", como suelen referirse las autoridades sirias a la oposición armada.

Por otro lado, el diario The New York Times reveló ayer, en base a informaciones de funcionarios estadounidenses, que las tropas del Gobierno sirio lanzan misiles Scud contra rebeldes. Según el periódico, en los últimos días varios misiles de este tipo, desarrollados en la extinta Unión Soviética, fueron lanzados desde Damasco hacia objetivos en el norte del país. Los funcionarios citados hablaron de una "considerable escalada" en el conflicto interno sirio. "Utilizar misiles Scud contra tanques y depósitos militares es una cosa (...) Pero usarlos contra rebeldes que se esconden en plazas de juego de colegios es otra muy diferente", indicó un funcionario.

Por su parte, el grupo mayoritario de la oposición logró ayer en Marraquech el apoyo político explícito de 114 países, pero éste no se acompañó de promesas concretas de financiación ni de un levantamiento del embargo de armas. Los participantes en esta Cuarta Conferencia de Amigos del Pueblo Sirio consensuaron una declaración en la que se reconoció como "legítimo representante" de la oposición a la Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria, al tiempo que pidió a Bashar al Asad "que se haga a un lado" porque "ha perdido toda legitimidad".