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Las milicias rivales convierten Costa de Marfil en un inmenso cementerio

  • Los combatientes de Gbagbo y de Ouattara mantienen sus enfrentamientos por todo el país, donde se calculan en miles las víctimas civiles · Tropas francesas controlan el aeropuerto de Abiyán

La capital económica marfileña, Abiyán, seguía sumida ayer en la incertidumbre sobre el resultado de la batalla entre las tropas del saliente mandatario Laurent Gbagbo y las de su rival Alassane Ouattara, quien se enfrenta a acusaciones de masacres de centenares de civiles en el oeste.

Las fuerzas francesas desplegadas en Costa de Marfil tomaron el control del aeropuerto de Abiyán y París envió un refuerzo de 300 efectivos, indicó el Estado Mayor Conjunto francés. Más de 1.500 extranjeros, entre ellos 700 franceses, se reagruparon en la base de las tropas francesas, en busca de refugio para escapar de la violencia y los saqueos.

El asalto final contra el palacio y la residencia presidencial aún no se ha producido. Sólo unos disparos esporádicos de armas de grueso calibre se escucharon el sábado por la noche, principalmente en Plateau, corazón del poder en donde está el palacio. Aún no se sabe con certeza en dónde se encuentra Gbagbo.

La ofensiva relámpago del presidente electo Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad internacional, permitió a sus tropas tomar todo el país sin gran resistencia e ingresar el jueves por la noche en la capital económica.

Aislado diplomáticamente y asfixiado económicamente, más débil que nunca militarmente, Gbagbo, en el poder desde 2000, se replegó, pero no cedió.

Refugiado en los símbolos del poder -el palacio, la residencia, la televisión estatal RTI-, demostró muy rápido que no planeaba claudicar ni encaminarse hacia el exilio.El sábado por la noche la RTI difundió imágenes mostrándolo sonriente y discutiendo con sus allegados.

Durante toda la jornada el canal había difundido llamados a la movilización, convocando a los militares y pidiendo a los civiles que formaran "escudos humanos" alrededor de la residencia del presidente. Por la noche se vieron imágenes de varios centenares de personas, entre ellas mujeres y jóvenes, reagrupados aparentemente en la residencia presidencial gritando: "Respeten el poder de Gbagbo".

"Estamos respondiendo a esta agresión bárbara, estamos rechazando" el ataque, aseguró ante las cámaras Alain Dogou, ministro de Defensa de Gbagbo. "La batalla es difícil pero estamos convencidos de que vamos a vencer", insistió.

Pero a pesar de la intensa guerra psicológica del bando de Gbagbo a través de la RTI, el equilibrio de fuerzas le da aún la ventaja a las tropas de Ouattara, cuyo avance sobre Abiyán se vio empañado por las graves acusaciones de la ONU sobre masacres de civiles en el Oeste.

Según la ONU y varias organizaciones internacionales, las tropas de Ouattara cometieron el martes al tomar Duekoue, estratégica ciudad del oeste, una masacre a gran escala, con balances que van desde los 330 muertos a unos mil "muertos o desaparecidos".

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) mencionó "al menos 800 muertos" únicamente el 29 de marzo y denunció la "violencia intercomunitaria", mientras que la ONG católica Cáritas citó "un millar de muertos o desaparecidos" entre el 27 y el 29 de marzo.

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