Italia

Las medidas de Berlusconi contra los inmigrantes crean inquietud en Italia

  • Giorgio Napolitano se muestra "cauto" y exige que las medidas sean de verdad "urgentes y de necesidad" y respeten la normativa europea · La Iglesia italiana pide "parar los extremismos"

Responsables de la Iglesia italiana han manifestado que "hay que parar los extremismos" contra los inmigrantes y han advertido que se puede caer en el racismo.

"Es necesario neutralizar los extremismos, que no se pueden dictar leyes a nadie y no pueden ser considerados como la realidad total de un pueblo", ha afirmado el presidente de la Conferencia Episcopal (CEI), el cardenal Angelo Bagnasco, en una entrevista que publica hoy La Repubblica sobre la crisis desatada después de que varios asentamientos gitanos fueran quemados.

El purpurado expresó la solidaridad de la Iglesia para todas las personas "que sufren violencia gratuita e incontrolada" y se mostró a favor de crear condiciones "de acogida y dignidad" para todos los inmigrantes "que respetan las leyes de la convivencia y se comprometen en una real integración".

Según el jefe de los obispos italianos, los casos de violencia relacionados con la inmigración resaltan que la sociedad italiana "sufre una forma crónica de individualismo que favorece y no atenua fenómenos diferentes".

El cardenal de Turín, Severino Poletto, en declaraciones a Corriere della Sera, dice: "Si no vigilamos profundamente nuestro pensamiento, sin darnos cuenta podemos caer en algo de racismo".

Según Poletto, los desalojos de los asentamientos gitanos no resuelven el problema.

"Hay que unir diálogo y seguridad, legalidad y educación, justicia y caridad. No creo en que la solución sea mandar las excavadoras y tirar todo. La libre circulación no está prohibida en Europa y se irán a otras partes", dijo.

"Algunos asentamientos hay que eliminarlos porque no son idóneos para las familias con mujeres e hijos, pero hay que proponer soluciones alternativas, ya que de otra manera lo que se hace es trasladar el problema", afirmó.

Las declaraciones de los dos cardenales se une a las del de Nápoles, Crescenzio Sepe, que condenó el jueves la violencia contra los gitanos registrada en varios asentamientos napolitanos, que fueron quemados tras incidentes registrados entre gitanos y vecinos de las zonas.

Ante esos casos, gitanos de asentamientos de Roma han organizado rondas nocturnas, ante el temor de que puedan correr la misma suerte que los de Nápoles.

"Tenemos miedo, no vivimos. Hay una campaña contra nosotros, pero no todos somos delincuentes. Para defender a nuestras familias y a nuestros niños pasamos la noche en vigilia", contó a la prensa local Redzib Hamidovic, un gitano procedente de Bosnia que vive en el asentamiento de Castel Romano, en las afueras de Roma.

En medio de esta crisis, el ministro de Interior, Roberto Maroni, tiene previsto reunirse hoy con el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, y los titulares de Defensa y Justicia, Ignazio La Russa y Angelino Alfano, respectivamente, para perfilar las medidas sobre seguridad ciudadana y contra la inmigración clandestina.

Estas medidas serán aprobadas en el consejo de ministros convocado para el próximo miércoles en la sureña Nápoles.

Maroni ya se reunió el jueves con el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, para ilustrarle las medidas. Según los medios locales, el presidente de la República se mostró "cauto" y exigió que las medidas sean de verdad "urgentes y de necesidad" y respeten la normativa europea.

A la espera de conocerlas, el ministro de Defensa ha propuesto que el ejército ayude a patrullar los barrios junto con la policía, en una medida de "prevención y disuasión".

La Russa aboga por grupos de cinco agentes, formados por un municipal, un policía, un carabinero, un policía fiscal y un militar, para vigilar los barrios

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