Siete contratistas extranjeros fallecieron ayer al estrellarse el helicóptero en el que viajaban en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, mientras que al menos tres soldados de las tropas internacionales, un italiano y dos estadounidenses, murieron por distinto ataques rebeldes.

Tras la caída del helicóptero en Helmand, los rebeldes talibán reivindicaron el incidente como un ataque. Su portavoz, Kari Yussif Ahmadi, sostuvo que los insurgentes derribaron un helicóptero británico del tipo Chinook cerca de una base militar en el distrito de Sangin. Según la Policía, sin embargo, no había combatientes talibanes en la zona en el momento de la caída.

Por otro lado, un explosivo oculto al lado de una carretera en la provincia de Farah, en el suroeste del país, detonó cuando un convoy con efectivos italianos pasaba por ahí. La explosión alcanzó al primer vehículo y mató a un soldado.

Además, dos soldados de EEUU murieron el lunes en enfrentamientos en el sur del país, informó un portavoz militar.