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Veteranos de guerra piden a los zimbabuenses que salgan a la calle contra Mugabe

  • Aseguran que no dejarán Harare hasta que el presidente se vaya y que "deliran" si creen que la situación puede volver a ser como era antes de la intervención militar.

Centenares de zimbabuenses se congregan en una manifestación contra Mugabe.

Centenares de zimbabuenses se congregan en una manifestación contra Mugabe. / EFE

La influyente Asociación Nacional de Veteranos de la Guerra de Liberación de Zimbabue (ZNLWA, siglas en inglés) llamó este lunes al pueblo zimbabuense a salir a las calles para mostrar su rechazo a Robert Mugabe, cuya presidencia "está acabada".

"El emperador no tiene ropa", dijo el líder de la agrupación, Christopher Mutsvangwa, en una rueda de prensa en Harare.

Para los veteranos, el discurso pronunciado este domingo por Mugabe, quien contra todas las expectativas esquivó dimitir, fue un "disgusto" para la nación y un motivo de "indignación" para el mundo entero.

"Su presidencia está acabada señor Mugabe. Está terminada, ya no existe", aseveró Mutsvangwa, en un tono aún más firme del usado el pasado viernes para dar la espalda al mandatario, del que tradicionalmente había sido aliado.

"No vamos a dejar Harare hasta que se vaya. El mensaje es claro", enfatizó.

Recalcó, asimismo, que la iniciativa para poner fin a Mugabe en el poder, en el que se mantiene desde 1980, es una cuestión política y de la sociedad, no de los militares.

Mientras el Parlamento sigue sus propias vías, en alusión a una posible moción de censura, Mutzvangwa consideró que hay "otros caminos" y ellos, los veteranos de guerra llaman al pueblo a volver a las calles, como el pasado sábado, y a la diáspora zimbabuense a "regresar" al país.

También instaron a dar su apoyo al "sector de los negocios" y anticiparon que iniciarán acciones judiciales por su cuenta.

Según Mutsvangwa, el pueblo zimbabuense ha soportado mucho sufrimiento y Mugabe lo ha estado ignorando porque está más preocupado "consintiendo" a su esposa, Grace Mugabe.

"El ejército tiene una tradición muy política, pero los que están ahora son muy profesionales. Intervinieron para parar una situación que les obligó a lidiar con un serio derrumbe del orden civil en el país", prosiguió.

"Las dos principales agencias (de los servicios de seguridad) que deberían haber parado esta situación estaban fuertemente infiltradas por el G40 (facción del oficialismo alineada con las aspiraciones al poder de Grace Mugabe)", completó, en referencia a la Policía y los Servicios de Inteligencia.

Eso no dejó otra alternativa a las Fuerzas Armadas, según Mutsvangwa, que tomar la iniciativa para corregir la situación, algo de lo que están "muy contentos".

"El mundo entero ha visto que esto no es un golpe", recalcó, y llamó a los líderes de la región, como el presidente sudafricano, Jacob Zuma, a entenderlo de ese modo.

Mutsvangwa apuntó que "el Ejército sabe su deber" y están muy "orgullosos" y que Mugabe y su esposa y aliados "deliran" si creen que la situación puede volver a ser como era antes de la intervención militar.

Mientras, Zimbabue se mantiene pendiente de los movimientos del partido gobernante, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), cofundada por Mugabe, que este domingo dio un ultimátum de unas 24 horas al presidente para que dimitiese, tras destituirle como líder de la formación

La ZANU-PF, reunida en comité, aseguró que si la dimisión no llegaba antes del mediodía de este lunes (10:00 GMT) impulsarían una moción de censura en el Parlamento.

La actual crisis política en Zimbabue comenzó cuando los militares tomaron el control del país en la noche entre el martes y el miércoles.

En un mensaje emitido de madrugada en la tomada televisión nacional explicaron que no se trataba de un golpe contra el presidente, sino de una operación contra "criminales" de su entorno.

Un día antes habían advertido públicamente de que se tomarían "medidas correctivas" si Mugabe continuaba con la purga de los miembros más veteranos del partido.

El detonante de la intervención fue la destitución del hasta hace dos semanas vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, un incondicional del partido y veterano de guerra al que Grace Mugabe se había opuesto públicamente con reiterados ataques verbales.

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