La guerra latente El movimiento independentista sigue advirtiendo a Marruecos

Sahara, el polvorín olvidado

  • Los saharauis se debaten entre el seguimiento a las directrices, por ahora pacíficas, del Frente Polisario y el agotamiento de esa fidelidad tras 17 años de alto el fuego

"La opción de la guerra está sobre la mesa". Como una letanía que recita periódicamente, Mohamed Abdelaziz (Smara, Sahara Occidental, 1947), presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), advierte de una posible vuelta a las armas del Frente Polisario contra Marruecos. No es el único. Las referencias a la ruptura de un alto el fuego que ha cumplido ya 17 años son numerosas en cualquier conversación con otros líderes del Frente, miembros de la élite de profesionales que colaboran con cooperantes y organizaciones no gubernamentales y el resto de ciudadanos.

La fidelidad a los dirigentes del movimiento de liberación nacional no llega, de momento, a la quiebra, pero no impide la controversia y la contestación, procedente de forma más rotunda desde la población más joven, que muestra evidentes signos de impaciencia por la situación. La decepción cunde en los campamentos del territorio liberado.

Abdelaziz admite, y lamenta, el colapso. En un encuentro la semana pasada con periodistas tras la recepción ofrecida en la sede de la Presidencia de la RASD, en Rabouni, a los artistas participantes en la segunda edición de Artifariti, el líder saharaui expresó su disgusto por la "inacción" de la ONU, criticó el punto muerto en el que se encuentran las negociaciones y la profusión de obstáculos auspiciados por Marruecos para mantener el actual statu quo en la zona y reconoció el "cada vez mayor enfado de nuestro pueblo".

Precisamente, el último congreso del Frente Polisario, celebrado en Tifariti en diciembre de 2007, puso en escena el choque interno de sensibilidades: de un lado, la cúpula dirigente -veteranos- defendiendo la "lucha pacífica que Marruecos intenta abortar", en palabras de Abdelaziz, y enfrente, la reivindicación que hace la facción más joven de la organización de una respuesta militar contra el régimen de Rabat. Y aunque de momento predominan las tesis pacifistas, el presidente saharaui no ocultó en esa conversación que "durante todo este tiempo hemos continuado preparándonos para la guerra".

¿Y cuándo será eso?

Abdelaziz volvió ayer mismo a la carga. En una entrevista en el periódico argelino Le Soir dijo que "sería necesario terminar definitivamente con las maniobras de Marruecos en el momento oportuno y de la forma que consideremos más propicia (...). El pueblo saharaui está listo para asumir sus responsabilidades regresando a la lucha armada. ¿Cuándo y cómo?. La decisión es del Frente Polisario". Ha sido su enésima amenaza. Sin concretar.

En similares términos se pronuncian otros dirigentes del movimiento independentista, que repudian la posibilidad de que el Sahara Occidental termine convertido en una autonomía marroquí. El propio presidente saharui es contundente al abordar este extremo. "El Sahara no es marroquí. Marruecos no está legitimado para imponer la autonomía". Y mientras tanto, Rabat bloquea, a juicio de Abadelaziz, el proceso: "Son ellos quienes tienen paralizadas las negociaciones". Que el nuevo representante de la ONU para el Sahara, Christopher Cross, aún no haya asumido sus funciones "es una demostración más de ese sabotaje".

Y la respuesta a esa agresión que cada vez con mayor fuerza pide buena parte de la población saharaui "son las armas", recuperar la guerra de guerrillas que obligó a Mauritania a la retirada y a Marruecos a firmar el alto el fuego. El jefe de la segunda región militar en la división de los territorios liberados que ha hecho el Frente Polisario, Brahim Mohamed (Smara, 1957), es consciente de esa presión, pero al igual que Abdelaziz defiende la efectividad de "nuestra intifada pacífica". Y así, en este sentido, se enfrenta a quienes mencionan a la organización palestina Hamas como ejemplo de éxito. "Nosotros jamás atacaremos a civiles", dice, y menciona las palabras fundamentalismo y terrorismo como lacras de las que que están exentas los saharauis. "Somos respetuosos con los derechos humanos, con las personas, nuestra guerra siempre ha sido limpia, el Frente Polisario es democrático", enfatiza este jefe militar.

La razón fundamental que tanto soldados como políticos y otros miembros cualificados del Frente Polisario sostienen para explicar la imagen de polvorín olvidado que ofrece sus territorios del Sahara Occidental es que "no desestabiliza" el panorama internacional. "No es un foco caliente, la comunidad internacional ha puesto antes la mirada en otras zonas conflictivas, y ha actuado en ellas, y cuando se ha puesto a ello ha demostrado que tiene una solución, no hay más que fijarse en el caso de Timor". Lo explica Abidin Bucharaya (El Aaiún, 1962), delegado del Frente Polisario en Andalucía.

Para este diplomático saharui, la situación también es prebélica, aunque "no vamos a dejar de insistir en la vía civilizada para dar una oportunidad a la paz, lo hemos demostrado durante todos estos años". Y añade con ironía: "Aunque quizá la solución a todo esto es que ojalá pudiéramos cambiar de vecinos".

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