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Muere el fundador y líder del mayor grupo islamista en Marruecos

  • l Yasin negaba la autoridad religiosa del rey y pasó diez años de arresto domiciliario

El fundador y líder espiritual del grupo mayoritario islamista marroquí Justicia y Caridad (Al Adl Wal Ihsan), Abdesalam Yasin, falleció ayer en Rabat a la edad de 84 años.

Según confirmó a Efe el portavoz del grupo Hasan Benajeh, el jeque murió a las 7:30 hora local en su casa en el barrio Suisi en Rabat tras haber sufrido un resfriado que complicó su estado de salud.

Yasin estuvo en situación de arresto domiciliario durante más de diez años, de diciembre de 1989 hasta mayo de 2000, por haber publicado textos críticos con la monarquía marroquí.

Justicia y Caridad, organización no reconocida legalmente, está considerado como el movimiento con más penetración y popularidad en Marruecos, pero siempre optó por actuar al margen de la política activa.

Además, no es el único movimiento islamista influyente, ya que dentro de este campo, otros partidos, como el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) están integrados en el sistema con total legalidad desde hace años y figuran entre los partidos más votados.

Abdesalam Yasin negó siempre la autoridad religiosa del rey de Marruecos en su calidad de emir al muminín (príncipe de los creyentes), que es precisamente un pilar de la legitimidad de la monarquía concretamente.

Eso le valió ser internado en un asilo psiquiátrico entre 1974 y 1977, por escribir una carta considerada irrespetuosa al rey Hasan II, y una nueva reclusión domiciliaria que duró más de diez años y terminó en 2000, ya en el reinado de Mohamed VI.

Yasin fundó su primer movimiento en 1981, pero no fue hasta 1987 cuando le dio el nombre definitivo de Adl ual Ihsán, (Justicia y Caridad, o Justicia y Espiritualidad). Contrariamente a los movimientos más en boga en el Oriente, de corte suní salafista, Justicia y Caridad estuvo más entroncada con el islam popular sufí de las cofradías marroquíes, lo que hizo que el movimiento no tuviera relación fluida con las distintas ramas de los Hermanos Musulmanes que proliferaron en los países árabes orientales.

Los seguidores de Yasín fueron acusados de practicar el culto a la personalidad de su líder, que ejerció una autoridad indiscutible sobre la organización y cuya ausencia arroja ahora dudas sobre quién le sucederá: entre los mejor situados está Fatalah Arsalán, que ya en los últimos tiempos, ante la enfermedad de Yasín, ejercía de líder de facto.

La hija de Yasin, Nadia, fue durante mucho tiempo la "portavoz francófona" del movimiento que fundara su padre y sonó incluso como posible sucesora de Yasin, pero en los últimos tiempos su papel está desdibujado, envuelta además en críticas sobre el autoritarismo con el que supuestamente dirige el ala femenina del movimiento.

Si Justicia y Caridad monopolizó prácticamente en los años ochenta y noventa el campo del islam político, la aparición de nuevos grupos con distintas perspectivas fragmentó esta tendencia política dentro del sistema monárquico de ese momento.

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