El presidente egipcio, Hosni Mubarak, pidió ayer a Israel que cese la "agresión" y el bombardeo de la Franja de Gaza y se comprometió a continuar con los esfuerzos para asistir a los palestinos de ese territorio.

"Pido a los líderes israelíes que paren su agresión contra este pueblo (palestino)", afirmó Mubarak en un mensaje con motivo del Nuevo Año, en el que confirmó que el Gobierno de El Cairo mantendrá cerrado el puesto fronterizo de Rafá, el único entre Gaza y Egipto.

Líderes regionales han pedido a Egipto que abra ese puesto fronterizo con el fin de aliviar la presión de los palestinos de Gaza, que sufren un bombardeo desde el sábado pasado que ha dejado más de 350 muertos, según fuentes palestinas.

El paso sólo está abierto para el transporte de ayuda humanitaria y para el traslado de los heridos de los bombardeos de los últimos días. Éste fue bloqueado hace año y medio, cuando Hamas tomó por la fuerza el control de la Franja.

Mubarak dijo que el paso fronterizo estará cerrado mientras no regresen los observadores europeos que estaban destinados allí y mientras no vuelvan los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida por Mahmud Abbas y cuyas fuerzas fueron expulsadas por Hamas.

"Egipto no abrirá el paso de Rafá en ausencia de la ANP y de los observadores europeos", insistió Mubarak.

La decisión de mantener cerrado este paso fronterizo ha sido criticada por líderes regionales, mientras que varias embajadas y consulados de Egipto han sido objetivo en los últimos días de manifestaciones de protesta.

El pasado fin de semana, cuando comenzó el bombardeo israelí sobre Gaza, el Gobierno de Egipto anunció que permitiría la salida de heridos de Gaza para ser atendidos en centros médicos egipcios, pero el domingo lamentó que Hamas no estaba permitiendo esa salida.

Los primeros heridos fueron evacuados el lunes, y Mubarak dijo ayer que el paso de Rafá seguiría abierto para esas funciones.