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Francia rinde un emotivo tributo a sus soldados caídos en Afganistán

  • Diez soldados franceses fallecieron el pasado lunes en una emboscada de los talibanes.

Francia rindió hoy un emotivo y solemne homenaje a sus diez soldados muertos en una emboscada de los talibanes el pasado lunes en Afganistán, en un "combate contra la barbarie, el oscurantismo y el terrorismo", en palabras del presidente galo, Nicolas Sarkozy.

Acompañado por el Gobierno, autoridades militares y otras personalidades, el jefe de Estado asistió, junto a los familiares de los soldados y compañeros de regimiento, a una ceremonia religiosa ecuménica en la iglesia de San Luis de los Inválidos, en París, y luego presidió, bajo un cielo nublado, un acto en el patio de honor del monumento construido en el siglo XVII.

Ante los interrogantes sobre las circunstancias del drama y sobre el sentido de la presencia militar francesa en el país asiático, Sarkozy dijo que los familiares de los caídos tienen derecho a conocer "toda la verdad", a la vez que defendió la misión en Afganistán, como hizo ayer en una visita relámpago a Kabul.

"No tenemos derecho a perder allí. No tenemos derecho a renunciar a defender nuestros valores" ni derecho a "dejar que triunfen los bárbaros" porque "la derrota al otro extremo del mundo se pagará con una derrota en el territorio de la República francesa", recalcó.

Con semblante grave, Sarkozy pronunció las honras fúnebres de los diez jóvenes, de edades comprendidas entre los 29 y los 19 años y cuyas vidas fueron sesgadas el pasado lunes en un puerto montañoso, a unos 50 kilómetros de Kabul.

Esa emboscada -tendida por unos 100 insurgentes talibanes contra el destacamento francés, acompañado por soldados afganos y fuerzas especiales estadounidenses en una misión de reconocimiento- asestó al Ejército galo sus mayores bajas desde que perdió a 58 efectivos en el atentado suicida de 1983 en Beirut.

La acción, en la que resultaron heridos otros 21 militares franceses, es la peor pérdida en combate sufrida por las Fuerzas Armadas galas desde la guerra de independencia de Argelia. "Hoy es un día de duelo para la nación francesa" y "la emoción atenaza a cada francés", afirmó el jefe de Estado.

Ante los féretros cubiertos por la bandera francesa y portados a hombros por compañeros de regimiento desde la iglesia hasta el patio de honor de los Inválidos, rindió tributo al "valor y la tenacidad" de los jóvenes, que trabajaban "por la paz" en Afganistán. "Habéis cumplido vuestro deber. Os honra", afirmó.

Luego, al son de la 'Marcha Fúnebre' de Chopin, entregó las insignias de Caballero de la Legión de Honor a cada uno de los caídos, de los que pronunció el nombre, ante cada féretro.

"Habría preferido imponerla en el pecho de un hombre de pie", dijo Sarkozy, quien confesó que "nunca" había medido como ahora "la soledad de un jefe de Estado" ante las decisiones que debe asumir.

Aunque, según sus propias palabras, era un día para "el "recogimiento", Sarkozy aprovechó para defender la misión francesa en Afganistán, con "mandato de la comunidad internacional" y junto a una cuarentena de aliados, entre ellos casi todos los de la Unión Europea, lo que "no es una casualidad".

El drama ha revivido las críticas formuladas por la oposición de izquierda el pasado abril, cuando el presidente anunció su decisión de enviar unos 700 refuerzos a Afganistán, a petición de EEUU. Contrariamente a los comunistas y la ultraizquierda, los socialistas no piden la retirada de las 3.000 tropas galas de Afganistán, pero sí que se "redefina" su misión, se fijen objetivos "precisos" y se diga cuánto tiempo van a permanecer allí. Incluso en la mayoría conservadora hay quienes piden una revisión de la estrategia de la OTAN ante el "atolladero" de Afganistán.

Hoy el Gobierno anunció que habrá un debate en el Parlamento sobre la misión, a partir de finales de septiembre, y este martes el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, comparecerá ante una comisión legislativa para dar explicaciones sobre la tragedia.

Sarkozy expresó hoy su voluntad de que se saquen "todas las enseñanzas" de lo ocurrido para que los compañeros de armas de los fallecidos "nunca se reencuentren en semejante situación". Y dijo que quiere que las familias, con las que se reunió después del acto en privado, "lo sepan todo. Tienen ese derecho".

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