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Corbyn no tira la toalla y proclama que aún puede ser primer ministro

  • May descarta una gran coalición en el Reino Unido con los unionistas, pero busca asegurarse su apoyo en votaciones clave

El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.

El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn. / FACUNDO ARRIZABALAGA / efe

El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, afirmó ayer en una entrevista en The Sunday Mirror que aún hay posibilidades de que él sea investido como primer ministro tras la pérdida de la mayoría absoluta del Partido Conservador. "Todavía puedo ser primer ministro. Esto está todavía en marcha, por supuesto", señaló Corbyn, que ha obtenido 262 diputados, 30 más de los que sumó su partido en las elecciones generales de 2015, y ve probable unos nuevos comicios este año.

Subrayó que la primera ministra, la conservadora Theresa May, continúa negociando la formación de Gobierno con los unionistas de Irlanda del Norte (DUP) y aún no se ha asegurado su apoyo, tras haber obtenido en los comicios 318 escaños, ocho por debajo de la mayoría absoluta.

Corbyn afirmó además que "es muy posible que haya una nuevas elecciones a finales de este año o el año próximo". "Quizás eso es algo bueno, porque no podemos seguir adelante con esta gran inestabilidad", concluyó.

Por su parte, la primera ministra británica, nombró ayer como número dos del Gobierno al proeuropeo Damian Green y mantuvo el resto de su Gabinete sin cambios relevantes, mientras luchaba por recuperar autoridad como líder del Partido Conservador.

Antes de que hoy se reúna por primera vez el gabinete de Gobierno tras los comicios, nombró a Green, de 61 años, como primer secretario de Estado. Algunos analistas consideraron que Green, que defendió con entusiasmo la permanencia en la UE antes del referéndum, podría suavizar la postura de May respecto al Brexit.

Las críticas a la líder conservadora, que ha perdido la mayoría absoluta, arreciaron desde el propio Partido Conservador. El ex ministro de Economía George Osborne dijo que es un "cadáver andante", mientras el ministro de Defensa, Michael Fallon, sugirió que debe modificar su relación con el resto de su equipo para mantener el liderazgo, y el de Economía, Philip Hammond, le dijo que su respaldo está condicionado a que modere su posición sobre el Brexit.

De otro lado, la dirigente tory recabó el apoyo de figuras de peso, incluido Boris Johnson, el titular de Exteriores, que ayer negó que tuviera planes de tumbarla.

Esta semana, el trabajo más acuciante para May será cerrar el acuerdo con los protestantes de Irlanda del Norte, unas negociaciones que han levantado polémica en Reino Unido debido a las ideas ultraconservadoras del Partido Democrático Unionista (DUP). El Gobierno de May descartó ayer formar una gran coalición con ellos, como hizo David Cameron en 2010 con los liberaldemócratas, y apostó por un acuerdo que le asegure su apoyo en votaciones clave sobre economía y seguridad.

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