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Cheney defiende Guantánamo y la "asfixia simulada" en los interrogatorios

  • El vicepresidente saliente de EEUU comparó el caso con los prisioneros alemanes en manos de las fuerzas estadounidenses en la II Guerra Mundial

El vicepresidente saliente de Estados Unidos, Dick Cheney, abogó por mantener abierta indefinidamente la prisión de Guantánamo, a la vez que defendió el uso de la "asfixia simulada" en los interrogatorios y la decisión de invadir Iraq. 

En una entrevista con la televisión estadounidense ABC y ante una pregunta sobre el posible cierre de la controvertida prisión estadounidense de Guantánamo, ubicada en territorio cubano, Cheney contestó que su fin "llegaría con el fin de la guerra contra el terror". 

Cuándo terminará la lucha contra el terrorismo, a su vez, es algo que "nadie sabe", agregó Cheney, quien dijo que "en las guerras anteriores siempre hemos ejercido el derecho a capturar a los enemigos y retenerlos hasta el fin del conflicto". 

Citó, en este sentido, el caso de los prisioneros alemanes en manos de las fuerzas de EEUU en la II Guerra Mundial. 

"El mismo principio básico debe aplicarse aquí" en la lucha contra el terrorismo, afirmó el vicepresidente del Gobierno de George W. Bush. 

"La alternativa es entregarlos a otros (pero) a muchos de ellos nadie los quiere. En muchos de los países de origen (de los prisioneros) hay renuencia a recibirlos nuevamente", subrayó. 

Por otra parte, Cheney reveló que él mismo dio la luz verde al uso de la técnica de "waterboarding" (simulación de asfixia) en los interrogatorios de los prisioneros sospechosos de ser terroristas. 

En la entrevista, defendió la técnica como "notablemente exitosa" y añadió que cree "que los resultados hablan por sí solos". 

Sobre la información, en vísperas de la invasión de 2003, de que el régimen de Sadam Husein en Iraq contaba con armas de destrucción masiva, Cheney restó importancia al hecho de que ésta después resultó ser errónea. 

Rechazó expresamente la teoría de que Estados Unidos no habría invadido Iraq en 2003 si se hubiera sabido que Husein no contaba con un arsenal de armas de destrucción masiva. 

"Sadam Husein todavía tenía la capacidad de producir armas de destrucción masiva. Tenía la tecnología, tenía el personal, tenía los materiales necesarios", afirmó. 

Además, Husein "tenía toda la intención de reanudar la producción (de esas armas) una vez que las sanciones internacionales se levantasen", sostuvo. 

Se trataba de "un protagonista malvado, y el país sale mejor parado, el mundo sale mejor parado, con Sadam fuera, y creo que tomamos la decisión correcta", puntualizó. 

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