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La CIA tenía un programa secreto para detener o matar a miembros de Al Qaeda

  • El plan, que no llegó a estar completamente operativo, fue interrumpido por el actual director de la agencia · Obama ordena investigar si la Administración Bush ocultó una matanza de presos talibanes

La CIA contaba con un programa secreto cuyo objetivo era capturar o matar a miembros de la red terrorista Al Qaeda, que fue interrumpido al llegar el actual director de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, Leon Panetta, informó ayer The Wall Street Journal.

Esta revelación se produjo sólo horas después de que la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, confirmase que el ex vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, prohibió a la Agencia informar de un programa antiterrorista creado tras los atentados del 11 de septiembre.

The Wall Street Journal, que citaba como fuentes a varios ex miembros de los servicios de Inteligencia, aseguraba que la naturaleza concreta del programa, que era altamente confidencial, no está clara.

Sí precisaba que el programa, que no había llegado a estar completamente operativo cuando llegó Panetta, había contado con fondos para la planificación y probablemente para el entrenamiento de agentes para la misión, según responsables de los gobiernos actual y anterior de EEUU.

Según el diputado republicano Pete Hoekstra, miembro de la comisión de Inteligencia en la Cámara de Representantes, en esta iniciativa se invirtió un pequeño monto, aunque indicó una amplia franja probable: "Está más cerca de 1 millón de dólares que de 50 millones".

El periódico precisaba que en 2001 la CIA también examinó la posibilidad de llevar a cabo asesinatos selectivos de líderes de Al Qaeda, una posibilidad que se descartó seis meses después.

Feinstein confirmó ayer que Cheney prohibió a la CIA informar del programa, como había revelado un día antes el diario The New York Times, y aseguró que la decisión de ocultarlo "es un gran problema" porque "se apartó de la ley".

La Ley de Seguridad Nacional de 1947 obliga al Gobierno de EEUU a mantener "totalmente informados" a los comités de Inteligencia del Congreso sobre actividades "de Inteligencia". No obstante, la disposición es algo ambigua al señalar también que esas sesiones informativas deben ser llevadas a cabo "en la medida en que tienen en cuenta la prevención de la divulgación no autorizada de información clasificada".

Feinstein y otro pequeño grupo de legisladores se enteraron de la existencia del programa el pasado 24 de junio en una reunión con Panetta, quien aparentemente supo que existía un día antes, y de inmediato suspendió sus actividades.

La Agencia, por su parte, se negó ayer a hacer algún comentario sobre el asunto. "No comentamos sobre estos hechos", indicó ayer el portavoz de la CIA, George Little, sobre la información publicada por el Wall Street Journal.

Mientras los legisladores del Congreso protestaron sobre la confidencialidad de estos programas de la CIA, ésta destacó "la importancia de un diálogo franco con el Congreso".

"Un diálogo franco con el Congreso es muy importante para este director, Leon Panetta, y la CIA", declaró Little.

Por otro lado, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha ordenado investigar los supuestos intentos de la anterior Administración norteamericana de ocultar el asesinato, en 2001, de cientos de prisioneros talibanes por un señor de la guerra afgano.

"He pedido a mi equipo de Seguridad Nacional que recopile todos los hechos", dijo Obama en una entrevista a la cadena de televisión estadounidense CNN, que divulgó ayer extractos de la misma en su página web.

El diario The New York Times reveló el viernes que altos funcionarios de la Administración del anterior presidente, George W. Bush, frenaron los esfuerzos del FBI, el Departamento de Estado y el Pentágono por investigar los hechos.

Según fuentes gubernamentales y de organizaciones de derechos humanos citadas por ese periódico, las investigaciones sobre la muerte de más de 2.000 prisioneros de una cárcel de Kunduz, quienes pudieron ser ejecutados y sepultados en fosas comunes, por las fuerzas del general Abdul Rashid Dostum, se paralizaron porque éste trabajaba con la CIA.

"Las indicaciones de que eso no fue correctamente investigado me han llegado recientemente", dijo Obama a la CNN.

"Por eso, he pedido a mi equipo de Seguridad Nacional que recopile los hechos para conocerlos y probablemente tomaremos una decisión sobre cómo afrontar esto una vez que sean todos recogidos", añadió el mandatario norteamericano.

Para Obama, "hay responsabilidades que todas las naciones tienen, incluso en tiempos de guerra". "Si se demuestra que nuestra conducta ha apoyado de alguna manera una violación de las leyes de guerra, entonces creo que, ya sabe, tenemos que saberlo", añadió el presidente en la entrevista que la CNN tenía previsto emitir íntegramente ayer.

Dostum, antiguo aliado de los soviéticos durante la invasión del país en los años 80, se unió a las fuerzas de EEUU cuando éstas iniciaron la ofensiva en Afganistán tras los atentados del 11-S en 2001 y recibió apoyo militar y de la CIA. Aliado del actual presidente afgano, Hamid Karzai, Dostum ha ocupado importantes cargos militares durante su Gobierno.

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