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Más agua para el regadío andaluz

La producción agraria consume en España el 80% de los recursos hídricos, lo que confiere al regadío una posición central en las políticas de agua y medio ambiente. No será posible aumentar la eficiencia del uso del agua, recuperar acuíferos en situación de sobreexplotación, preservar humedales valiosos o mejorar la calidad del agua, sin mejorar el uso agrario del agua.

Al mismo tiempo, la gestión del agua y la planificación hidrológica deben permitir ofrecer garantías al regadío, que desempeña un papel fundamental en el equilibrio territorial y el desarrollo socioeconómico de Andalucía. En este sentido, la encuesta del INE refleja que la única región en la cual se incrementó el volumen de agua de riego durante 2013 fue Andalucía (2,9%). La agricultura de regadío en la Comunidad andaluza ha experimentado en los últimos 15 años un importante crecimiento y, a su vez, una profunda modernización, mejorando la eficiencia y flexibilidad en el uso del agua. Sin embargo han aumentado fuertemente el consumo energético de los regadíos y los costes de mantenimiento y gestión.

Por otra parte, las que más redujeron el uso de agua de riego fueron Cataluña (-22,3%), La Rioja (-19,6%) y Comunidad Valenciana (-11,2%).

Del total del agua disponible para el riego en el año 2013, el 76,8% del volumen fue de origen superficial. Por su parte, un 21,4% tuvo origen subterráneo y un 1,8% de otros recursos hídricos, como agua desalada (marina o salobre) o regenerada (procedente de las estaciones de depuración de aguas residuales). El Instituto Nacional de Estadística realiza anualmente la Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario con el fin de estimar el volumen de agua de regadío utilizado por las explotaciones agrarias. La muestra de la encuesta de 2013 (la última realizada) estuvo formada por 623 comunidades de regantes.

Los datos, atendiendo a la técnica de riego, sostienen que el volumen de agua aplicado a los cultivos mediante goteo (riego localizado) disminuyó un 0,1%. Por su parte, el riego por gravedad se redujo un 15,3% y el uso de agua de riego por aspersión bajó un 7,7%.

En cuanto al tipo de cultivo, los herbáceos (cereales, leguminosas, arroz, maíz y cultivos forrajeros) que representaron el 56,5% del volumen total del agua de riego, utilizaron un 10,2% menos de agua.

Los cultivos que mayor descenso experimentaron fueron las patatas y hortalizas, un 14,7% menos que el año anterior, representando el 8,4% del volumen de agua de riego utilizado en el año 2013.

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