Jazz

El sonido de la sorpresa

  • El crítico y músico Ted Gioia publica un libro que desgrana las claves fundamentales para acercarse al jazz.

El crítico, músico y productor Ted Gioia (Palo Alto, California, 1957).

El crítico, músico y productor Ted Gioia (Palo Alto, California, 1957). / Dave Shafer

Hasta ahora, la firma de Ted Gioia permanecía ligada a documentados análisis musicales e históricos que tomaban como objeto de estudio el territorio compartido por el jazz y el blues. La traducción y edición de su obra en nuestro mercado había llegado de la mano de la editorial Turner, arrancando en 2002 con el que probablemente constituye su trabajo más concluyente, Historia del jazz, editado en el mercado anglosajón en 1997. Desde entonces, el fondo bibliográfico en español del autor norteamericano se ha visto ampliado de la mano de nuevos volúmenes destinados a ahondar en el examen de las raíces y desarrollos de modelos clásicos de la música popular contemporánea: Blues. La música del Delta del Mississippi (2010) o El canon del jazz. Los 250 temas imprescindibles (2013) mostraron su predilección por los géneros de raíz afroamericana aunque el más reciente Canciones de amor. La historia jamás contada (2016) incorporó su versatilidad a través de un romántico recorrido musical por la propia historia de la humanidad.

Antes que escarbar aún más en estos ámbitos de investigación, Gioia ha decidido ahora remontarse a sus comienzos como aficionado para ponerse en la piel de cualquier recién llegado, interesado en introducirse en el mundo del jazz. Y lo ha hecho con un trabajo de clarificador título, Cómo escuchar jazz, cuya cita inicial a cargo de Duke Ellington -"Escuchar es lo más importante de la música"- deja claro el punto de partida de sus tesis. Sus 230 páginas cierran el círculo con otra sentencia que no admite dudas: "No hay que fiarse de mi palabra".

El jazz, como apunta Whitney Balliet, "es una cuestión de actitud, no de musicología"

Cabalgando entre el criterio subjetivo y los inherentes a la propia música, el autor analiza en primer lugar los componentes identitarios del jazz -ritmo, fraseo, tono y timbre, reguladores, personalidad- sin ánimo erudito y de forma transparente, para volcarse a continuación en el examen ejemplificado de su estructura a través de registros clásicos como Sepia Panorama (Ellington), Sidewalk Blues (Jelly Roll Morton) o A Night In Tunisia (Charlie Parker).

Pero Gioia no se detiene ahí y prosigue con sendos capítulos dedicados a Los orígenes del jazz y a La evolución de los estilos de jazz donde es posible rastrear su vertiginosa progresión así como con una lista de audiciones recomendadas que constituyen una acertada introducción al género. Un apartado centrado en Más detalles sobre algunos innovadores del jazz pone nombres y apellidos a aquellos visionarios que llevaron en volandas el imparable avance de sus formas y fondos: de Louis Armstrong -"A mi juicio, él ha ejercido más influencia que nadie, y el segundo no se le acerca ni de lejos", apunta Gioia- a Ornette Coleman pasando por Coleman Hawkins, el propio Ellington, Billie Holiday, Charlie Parker, Thelonious Monk, Miles Davis o John Coltrane conforman un santoral alumbrado por una iniciática y útil selección discográfica individualizada.

Pero más allá del condensado repaso a tan brillante crónica histórica, el libro incrementa su valor al concluir con un ensayo que aborda su presente -Como escuchar jazz hoy- y su futuro, rematado por una relación alfabética de 150 músicos que invita a apreciar su óptimo estado de salud. Es sencillo comprobar en la música de estos autores que el jazz sigue siendo hoy, como lo definió en su momento el crítico Whitney Balliett, "el sonido de la sorpresa". A fin de cuentas, "es una cuestión de actitud, no de musicología, y no difiere mucho de la forma en la que se deberían afrontar otras experiencias vitales".

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