Cultura

Los cuerpos celestes

  • Philip Glass publica en su sello personal una de las funciones del estreno de su última ópera, dedicada a Johannes Kepler

Glass: Kepler. Landestheater Linz. Orquesta Bruckner. Dennis Russell Davies. Peter Missoten DVD Orange Mountain Music -Harmonia Mundi

Ha pasado mucho tiempo desde que Philip Glass (Baltimore, 1937) liderara en los años 60, junto a La Monte Young, Terry Riley, Steve Reich o Robert Ashley, el movimiento minimalista. A partir de su colaboración con Robert Wilson en la exitosa Einstein on the beach (1976), una ópera experimental de extraordinario rigor y exigencia, que se completaría en forma de trilogía con Satyagraha (1980) y Akhnaten (1983), Glass evolucionó hacia una música mucho más simple y accesible, que hizo su nombre popular entre los aficionados a las nuevas músicas e incluso al pop, sobre todo a partir de sus colaboraciones con estrellas como Mike Oldfield o David Bowie.

El catálogo de Glass no ha dejado de crecer en todo este tiempo en todos los géneros imaginables, incluyendo bandas sonoras de películas (la de la muy celebrada El show de Truman, por ejemplo), música incidental o sinfónica (ocho sinfonías hasta la fecha, además de otros muchos conciertos y trabajos orquestales), aunque el compositor ha mantenido siempre un especial aprecio por la ópera, hasta el punto de que en 2009 presentó la que hace el número 23 de su dedicación al género. La obra nació por encargo del Landestheater de la villa austriaca de Linz, que era aquel año ciudad europea de la cultura, y está dedicada a la figura del astrónomo y matemático Johannes Kepler, quien pasara quince años de su vida en Linz. El estreno tuvo lugar el 20 de septiembre de 2009, con puesta en escena de Peter Missotten y dirección musical de uno de los más estrechos colaboradores de Glass, Dennis Russell Davies. Es el sello del propio compositor norteamericano, Orange Mountain Music, el que ofreció hace unos meses una grabación en CD de la función del 4 de octubre, que ahora edita también en DVD.

Kepler, que cuenta con un libreto en alemán y latín de Martina Winkel, se estructura en dos actos y trata de profundizar en el pensamiento del científico germano, tanto en sus ideas y trabajos de carácter intelectual y práctico cuanto en sus reflexiones sobre la vida, la muerte, la religión o la guerra. Un solo personaje real (el propio Kepler, que canta un barítono, Martin Achrainer en este registro) más otros seis solistas sin nombre (dos sopranos, mezzo, tenor, barítono, bajo) y un coro dan a la obra cierto carácter oratorial, ya que no existe en ella una trama verdaderamente teatral. No faltan en cualquier caso elementos de carácter dramático, que ha sabido enfatizar Missotten en un trabajo escénico en el que a las estructuras móviles elípticas (obvia referencia a los hallazgos de Kepler sobre las órbitas planetarias) o las proyecciones se une un inteligente movimiento de actores.

La partitura de Glass tiene una indudable base sinfónica, con una muy apreciable riqueza de texturas y de colores, un énfasis muy marcado en las líneas de bajo y un recurso al cromatismo que le sirve para oscurecer y dar expresividad a determinados pasajes, en el contexto de un trabajo claramente tonal. Aunque los subtítulos se ofrecen solo en alemán e inglés, Kepler está al alcance de cualquier aficionado mínimamente curioso por el devenir del arte lírico en nuestros días.

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