FERIA Toros en Sevilla en directo | Cayetano, Emilio de Justo y Ginés Marín en la Maestranza

Vaya por delante que soy cofrade "de vísperas" de un barrio periférico de la Sevilla de principios del siglo pasado. Y también soy hermano de una cofradía de negro del centro histórico a la que llegué sólo por la devoción a sus sagrados titulares. Sin duda por ello, participo y defiendo a las hermandades llamadas "de vísperas" que asumen la legítima aspiración de acudir algún día en estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla.

Su labor religiosa, caritativa y social en los barrios y en las parroquias en las que residen canónicamente es pública y manifiesta. Si bien es cierto que hay variedad de situaciones en la nómina de las cofradías del Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión. No obstante, responden todas ellas a esa nueva iglesia sevillana, vital y misonera. Pues entorno a éstas se suelen congregar fieles y devotos cristianos en una práctica cofradiera decidida y entusiasta. Aunque, evidentemente, la Semana Santa tiene sus días y su ritmo espacial y temporal, la Iglesia de Sevilla, en la persona de su arzobispo, hombre prudente e ilustrado, ha planteado la posibilidad de que las cofradías de "vísperas" puedan realizar en algún momento estación de penitencia a la Catedral el Sábado de Pasión. En este sentido, no se aprecian inconvenientes litúrgicos.

Dejando de lado el parecer del Consejo de Hermandades, pues algo tendrá que decir al respecto, el tanteo me parece cuando menos interesante, incluso desde el punto de vista económico, no lo olvidemos. Ahora bien, hay cofradías que por su lejanía tendrían muy complicado acudir al centro histórico, a menos que busquen un lugar sagrado desde donde procesionar a la Catedral. Por lo que, tal vez, prefieran mantener su estación de penitencia por los lugares que hasta ahora acostumbran. No es un demerito; sino pura evangelización. En cualquier caso, no podemos ignorar que se trata de una alternativa que requiere una solución más pronto que tarde en nuestra ciudad y que satisfaga a todos los interesados. Y eso es, hoy por hoy, complicado, aunque no imposible.

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