Producciones en los Barrios

Andrés García y Joaquín Garrido llevarán su arte a la Peña ‘Fosforito’

  • La voz del villarrense y el toque del guitarrista de Bujalance entusiasmarán un público que acudirá al local situado en San Agustín

La Peña Flamenca Fosforito es otro de los espacios escénicos de Córdoba que mucho han favorecido el desarrollo de este arte durante el siglo XX. Situado en la calle Ocaña, en pleno barrio de San Agustín, comparte espacio con la Taberna Rincón de las Beatillas. Lleno de historia y con cientos de conciertos a sus espaldas, la peña es una de las primeras que aparecieron y se constituyeron en la ciudad. 

La Noche Blanca del Flamenco la ha elegido como una de las ocho instituciones que serán visitadas durante la madrugada del próximo 21 de junio, con la guitarra de Andrés García y el cante de Joaquín Garrido.

Joaquín Garrido. El cantaor de Villa del Río se ha consolidado como un artista de referencia del flamenco cordobés, fortalecido en conocimientos y con la capacidad para no dejar de sorprender en su cante. Él da una enorme importancia al valor que tiene el flamenco en directo “porque así se crea un juicio de valor, como paso previo a que compren el disco la desnudo, cante y guitarra”. A las personas “que acuden por primera vez a un recital, que son muchas, intento hacerles descubrir el flamenco”. Con la grabación de Latido flamenco, Joaquín Garrido ha buscado basarse en el contenido de las letras, lo que representan y amoldando los estilos a la simetría de éstas, con la única compañía de guitarra y palmas.

La ortodoxia del cantaor le hace cuestionar cualquier abuso del flamenco, sobre todo, en cuanto a la moda del flamenco-fusión: “El flamenco se debe presentar en disco tal y como es, no necesita ningún ingrediente. Es infinitamente hermoso, hay mucho por descubrir”.

Andrés García. Desde los diez años, la vida de Andrés García ha estado ligada a guitarra, con desplazamientos desde su localidad natal de Bujalance a la capital cordobesa para recibir clases del recordado Manuel Cano, en el Conservatorio Superior de Música, ampliando conocimientos posteriormente con Merengue de Córdoba, Paco Serrano y José Antonio Rodríguez. Un aprendizaje al que aún le dedica un importante tiempo y que compagina con recitales y proyectos discográficos, como el recientemente presentado de Nuestro Flamenco en el Alto Guadalquivir. Considera que “el guitarrista de acompañamiento debe conocer incluso más cante que el propio cantaor al que se acompaña”.

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