Reconocida como la gran vedette de Cuba, Rosita Fornés, con una larga y amplia trayectoria artística en la televisión, el cine, el teatro y el espectáculo, cumplió ayer 95 años "orgullosa y feliz" por haber vivido "intensamente".

Querida y admirada por el público de la isla, Fornés cimentó una sólida carrera como cantante y actriz con la que ha ganado un lugar destacado en la escena por su versatilidad, belleza y simpatía que este domingo resaltan medios estatales de la isla. "Me encantaba mi trabajo, subir al escenario era mi mejor momento. Mi relación con el escenario ha sido mi vida (...) Tuve la suerte de cultivar diversos géneros. Y disfruté hacerlos, yo lo disfrutaba todo", confesó en una entrevista publicada esta semana en la web Cubasí.

La artista, que debutó a los 18 años en el Teatro de la Comedia de La Habana, emprendió una imparable carrera desde 1941 destacando en el canto lírico con interpretación de zarzuelas y operetas de la mano de grandes autores de la isla como Ernesto Lecuona y Rodrigo Prats, pero también en el teatro y la radio. Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia, que adoptó el nombre artístico de la multifacética Rosita Fornés, llegó a México con 22 años, donde protagonizó muchas revistas musicales con gran éxito, por lo que la Asociación de Periodistas la proclamó en 1946 'Primera Vedette de México' y posteriormente 'Mejor Vedette de América'. En el cine, hizo su primera aparición en 1939, en la cinta cubana Una aventura peligrosa, aunque desarrolló parte de su carrera en México, país al que se trasladó por motivos personales y donde protagonizó una decena de películas. A sus 95 años, Fornés sigue coqueta, activa, y afirma que es una mujer "feliz" porque ha vivido "intensamente".