En cuestiones de creatividad, la Navidad es el punto álgido para los publicistas. La época del año en la que más se compra requiere que las mentes pensantes se estrujen el cerebro hasta obtener el mejor spot. Ese con el que enganchar al consumidor hasta el punto de que sea capaz de vender su alma al diablo para comprar aquello que anuncian. Por eso, la publicidad en estas fechas -además de atosigarnos a cualquier hora y en cualquier lugar- vive su mejor momento creativo. Hay anuncios que cada Navidad se esperan como agua de mayo, algunos que siguen generando un sentimiento generalizado de nostalgia y otros que invitan a la reflexión.

Su melodía es mundialmente conocida y muchos son los hogares en los que se entona cada Nochebuena como si se tratara de un villancico más. Las muñecas de Famosa llevan casi cincuenta años dirigiéndose al portal, a pesar de que los tiempos cambien a una velocidad vertiginosa. Por eso, si los tiempos cambian, el mensaje del anuncio no puede ser el mismo y eso en Famosa este año lo han hecho de maravilla.

Todos sabemos que los anuncios de juguetes, aunque a los que buscan a atraer es a los niños, llevan un mensaje implícito para los padres de las criaturas. Famosa este año ha obviado el componente infantil para centrarse exclusivamente en los progenitores. Así, durante los treinta segundos que dura el spot se observa a distintos muchachos en pleno apogeo adolescente. Berrinches con sus padres, omisión de información, locuras, desobediencia y primeros besos. De fondo, la melodía del anuncio original resuena a modo de recordatorio para concluir con un eslogan demoledor: Ahora que todavía quieren, juega con ellos. Una forma navideña de llamar la atención a los padres. Esos que compran, compran y vuelven a comprar pero no se sientan a jugar con lo que compran a sus pequeños. Esos que jamás tienen tiempo porque el tiempo los tiene a ellos y creen que el reloj avanza despacio, sobre todo para sus hijos. Pues justo ese es el que más corre, porque la infancia viene con fecha de caducidad y cada vez hay que consumirla antes. Así que juguemos a las casitas, a los safaris al Scalextric o la Tejenova; juguemos antes de que nos aparten -momentáneamente- de sus vidas y sea demasiado tarde.

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