Feria

La Virgen del Mar con sus devotos

  • Miles de personas acompañaron a la Patrona de Almería en su recorrido por las calles de la capital · Hermandades y cofradías participaron en la procesión de alabanza a la Virgen

Aún parece un poco extraño que la procesión de la Virgen del Mar, en cuyo honor se celebran la Feria y Fiestas de la capital almeriense, tenga lugar una vez finalizados los días oficialmente festivos, pero el acertado recorte en su duración produce esta paradoja que, por otra parte, hay que dejarla en eso y nada más. Y como opiniones hay para todos los gustos, también es muy válida la que afirma que con esta medida, el domingo posterior a la festividad de la Patrona se centra exclusivamente en los actos religiosos que se celebran en el templo y en la procesión multitudinaria que recorre las calles de la ciudad. 

 

Los almerienses volvieron a dar ayer muestra de su fervor y devoción por la venerada imagen de la Santísima Virgen del Mar participando en los actos organizados y acompañando a la Patrona en su recorrido por el itinerario que siguió el cortejo procesional. Ante las numerosas personas que se congregaron en la Plaza de la Patrona, la puerta del templo de Santo Domingo se abrió con puntualidad cuando pasaban quince minutos sobre las siete de la tarde. Una tarde que se presentaba muy agradable, calurosa pero no agobiante, y eso, después de algunos días de auténtico bochorno que hemos pasado, era para agradecer. 

 

Fray Justo Cuberos, prior de los Dominicos, recibió en la puerta del santuario la comitiva que acompañaba al obispo de la Diócesis, Adolfo González Montes, formada por seminaristas y miembros del Cabildo Catedralicio que preside Juan Torrecillas. Tras fraternales saludos, se inició el cortejo con la cruz guía portada por Rafael Bieito junto a dos ciriales que precedían a las distintas hermandades y cofradías participantes en la procesión, en gran número y con una representación muy destacable, como suele suceder en todas las manifestaciones de religiosidad popular que se organizan en la ciudad. Por orden de antigüedad, fue la prehermandad de la Virgen de la Luz, de la parroquia de San Juan, a la que le correspondió iniciar la sección de cofradías, seguida del Nazareno de Gádor, al tener una estrecha relación por ser de esta localidad el anterior hermano mayor, Elías García. A continuación figuraba la representación de la Hermandad de la Santa Cruz del Voto, de Canjáyar, inmersa en las celebraciones del cuarto centenario de su aparición; y la prehermandad del Cristo del Camino, del barrio de Araceli, seguidas de todas y cada una de las cofradías de pasión de la ciudad. Sin duda, hay que destacar la participación de la cofradía de Estudiantes con una representación femenina vestidas con mantilla española.

 

Mientras los numerosos cofrades y devotos iban recorriendo los primeros metros del itinerario a seguir, en el interior del templo de los Dominicos, custodios de la Santísima Virgen, se ultimaban los preparativos para la salida del trono con la imagen. Un gran abrazo me une al pregonero de la Feria, el periodista Cristóbal Cervantes, extraordinario amigo y profesional en la capital andaluza. Su sentido pregón queda ya en la historia de la ciudad y en los corazones de todos los almerienses.

 

Entre un ir y venir de horquilleros, el capataz, Antonio Andrés Díaz Cantón, reclama la presencia de todos para colocarse bajo los varales del paso. Monseñor González Montes reza una oración desde el altar mayor. "Procedamos en paz", manifiesta, para dar su venia a la salida de la Virgen a las calles de Almería. Es entonces el momento en que Díaz Cantón recuerda que se han cumplido 15 años del Cuerpo de Horquilleros -"el pasado año, realmente"- y como gran caballero cede el honor de hacer la primera llamada a quien fuera primer capataz de dicho Cuerpo, Manuel Vicente Barranco Rodríguez, hoy horquillero junto a su hijo Javier.

 

Con prontitud sale el trono a la calle, minutos antes de la hora prevista. La Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas interpreta el himno nacional y una traca de cohetes resuena en todo el centro de la ciudad para anunciar la salida de la Virgen del Mar en un emotivo momento refrendado por los aplausos y vítores de cientos de personas que esperaban ese momento.

 

La junta de gobierno de la hermandad patronal, que preside Antonio salinas, volvió a cambiar este año el itinerario a seguir por el cortejo procesional, que discurrió por General Tamayo y cruzó el Paseo para continuar por Javier Sanz, Obispo Orberá, Navarro Rodrígo y descender el Paseo hasta la Plaza Circular. El obispo realizó una breve alocución para escuchar a continuación el himno a la Virgen, con la imagen dirigida hacia el mismo mar en el que fue encontrada la madrugada del 22 de diciembre de 1502. Tras el toque de campana realizado por el prelado, la Virgen continuó su triunfal recorrido de regreso hacia su santuario, entre olor a nardos y aromas de incienso.

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