Feria de Algeciras

Talavante, un triunfo al natural

  • El diestro pacense cuaja buenas faenas donde imprime su temple y corta tres orejas. Vega, actuación meritoria y firme pero el presidente le niega la oreja. Padilla, pundonor y entrega

GANADERÍA: Seis toros de Gavira, bien presentados, desrazados, nobles. Buenos primero, tercero y sexto. TOREROS: Juan José Padilla, ovación y ovación; Salvador Vega, ovación y ovación tras petición. Alejandro Talavante, oreja y dos orejas. Incidencias: Plaza Monumental de Las Palomas. Media plaza. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por la muerte del torero de plata y cronista taurino Andrés Ruano. El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, entregó a Padilla un marco con la imagen de la Virgen de la Palma que le concedió la peña de Bonos.

El final de la feria taurina de Algeciras tuvo como triunfador absoluto a Alejandro Talavante. El diestro pacense demostró en Las Palomas por qué es una figura del toreo. Y lo hizo con un ingrediente fundamental: el temple. Alejandro Temple. Ese podía ser uno de los titulares que nos dejó una tarde que tuvo momentos emotivos cuando el público sacó a Padilla al ruedo para darle una gran ovación por su regreso a la vida tras su grave percance y cómo no, por volver a la plaza que le vio tomar la alternativa y le vio crecer como torero. Y no podemos olvidarnos de un gran Salvador Vega. Buena feria la que ha realizado el torero de la comarca que se ganó la sustitución de ayer por el gran triunfo del jueves de feria.

Talavante se llevó el lote, dos toros con calidad, que pecaron de mansedumbre, pero que sacaron el buen fondo de una ganadería que tiene calidad. El pacense aprovechó esa nobleza para imprimirle el temple de sus muñecas. Ante el tercero, un toro de bonita lámina, como toda la corrida, imprimió varias series con la mano derecha de toreo bueno. Y qué decir de tres naturales profundos e infinitos en el espacio y el tiempo. Paró los relojes. Qué naturalidad tiene este torero. Paseó una oreja.

Pero lo mejor llegó en el sexto, otro buen toro de Gavira, noble y al que se impuso con su temple innato. Faena de inspiración, muletazos en redondo, bernadinas, pases de las flores y detalles de Belmonte con un toreo arrebujado. Puso en pie a la plaza. Y con la estocada hasta los gavilanes, el público enloqueció. Dos orejas y triunfo rotundo. Merecido.

Salvador Vega mostró la actitud de torero hecho, con ganas y cabeza despejada que ya reflejó en su triunfo del jueves de feria. Se las vio ante un manso de libro en su primer toro. Un animal que recorrió todos los terrenos de la plaza buscando las tablas. Estuvo por encima del de Gavira, al que aguantó derrotes en una faena sin opciones. Ovación al mérito.

Pero la dimensión de torero de valor y bragueta la dio Vega en el quinto. Gran esfuerzo y arrimón en toda regla. Lo puso todo ante un toro que en las primeras series embistió a oleadas. Inicio de faena con muletazos por bajo con temple y firmeza, enseñando los caminos al toro. A partir de ahí fue corrigiendo defectos y lo llevó tapado y muy ligado por el pitón derecho. Vega puso la calidad que no tenía el animal. Lo mejor llegó al natural, muletazos muy despacio, al ralentí, con gusto, belleza y muy largos. Los circulares del final en los terrenos del toro elevaron la faena. Tras media estocada y petición, fue ovacionado. El presidente no le quiso dar el premio al esfuerzo. Él tendrá sus motivos, pero la bronca que le cayó indicó que se volvió a equivocar.

Padilla destacó con el capote en su primero al que le pegó una larga cambiada de salida. Buen tercio de banderillas. Con la muleta mostró predisposición ante un toro soso, pero con calidad. El cuarto fue un toro manso y Padilla nada pudo hacer. El toro salía suelto en cada muletazo. El de Jerez puso voluntad y el de Gavira se aburrió. No tuvo mucha suerte Padilla. Una pena, pero recibió el cariño del público de Las Palomas.

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