Eurocopa 2008

"Veo, veo, ¿qué ves?", los niños reciben a España

  • Música tirolesa y española se fundieron en la recepción austriaca a la expedición de Aragonés

Neustift vivió un auténtico éxtasis tras el frenesí desatado durante la realización de los preparativos para recibir a España. El pequeño pueblo austriaco que será sede de la selección española de fútbol durante la Eurocopa se engalanó de rojo y gualda para recibir a la Roja, que se presentó en Neustift bajo los sones de la canción infantil española Veo, veo.

Neustift no deparó en gastos ni en nada. Un día es un día. Sacó a la calle a sus héroes y a sus niños para recibir a los pupilos de Luis Aragonés, que aterrizaron en Innsbruck al mediodía desde Santander. Luego, en autobús recorrieron los 20 kilómetros necesarios para adentrarse en el valle de Stubai, cerca del Paso del Brennero, que horada los Alpes para unir Austria e Italia. Una distancia en la que a expedición no estuvo sola en ningún momento, pues los niños de todo el valle hicieron un pasillo de honor a los jugadores hasta Neustift.

Y al llegar al centro del pueblo, más niños, a los que se sumaron los héroes locales. Fernando Torres, Iker Casillas y Cesc Fábregas se dieron la mano con los campeones del mundo de salto de trampolín Gregor Schlierenzauer y Andreas Kofler, así como con otros reyes mundiales de deportes como el bob nacidos en la zona. Y es que el valle tirolés es la meca de los deportes de invierno en Austria. Casi tan desconocidos son Torres y Casillas para los habitantes de Neustift como el ídolo Schlierenzauer para los españoles. Más allá de deportistas, en la recepción también hubo políticos, como el máximo responsable de la región del Tirol, Herwig van Staa, y el alcalde de Neustift, Peter Schonherr.

Las autoridades austriacas y los máximos representantes españoles estuvieron secundados por el batallón de tiradores del valle de Stubai, vestidos con el tradicional tracht, el traje típico de la región. El grupo es un reducto de la guerra por la independencia que los tiroleses entablaron contra las tropas francesas de Napoleón a principios del siglo XIX. En honor de los visitantes, dispararon varias salvas al aire.

Tras la pólvora, algo más apto para todos los públicos. Los niños del jardín de infancia cantaron la canción infantil Veo, veo, que popularizó en España en la década de los 80 Teresa Rabal.

Luego, como no, llegó el protocolo oficial. Discursos, debidamente traducidos, y más folklore para que los españoles se empapen del espíritu tirolés. Más niños ataviados con sus zapatos, sus medias altas, sus pantalones verdes y su sombrero con pluma bailaron el schuhplattler, una ancestral danza de saludo. Para finalizar, se ondearon las banderas de ambos países y la orquesta local cerraron el acto con más música, en la que siempre estuvo omnipresente el típico acordeón.

Terminado el acto, los jugadores se subieron de nuevo al autobús para desplazarse al cercano hotel Milderer Hof, su lujoso refugio de concentración. "Bienvenidos a Milderer Hof" se podía leer desde hace meses en una pancarta en español en la puerta del exclusivo recinto.

En el hotel, sin embargo, después de todas la estridencias previas, no hubo ningún recibimiento especial, eso sí, por expreso deseo del equipo. Allí todo estaba preparado, y la selección fue recibida por un unísono "hola" de los trabajadores, que llevaban meses aprendiendo español.

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