Con sólo dar un paso en falso mañana en el Ernst Happel de Viena, Austria y Polonia se despeñarán por la ladera de la Eurocopa sin prácticamente ninguna opción de volver a recuperar el camino hacia los cuartos de final.

Las derrotas de ambos en sus respectivos partidos inaugurales les han quitado margen de acción a tal punto que sólo sirve la victoria. Un empate, incluso una derrota dependiendo del resultado en el otro encuentro del Grupo B, el Alemania-Croacia, no los dejaría matemáticamente eliminados, pero sí con una durísima cuesta que subir.

Los locales tienen como motivación extra no grabar sus nombres en la historia negra del torneo. Hasta la fecha, sólo Bélgica en 2000 no pasó la primera ronda siendo anfitrión. Todos los demás, accedieron como mínimo a semifinales. Que Suiza, el coanfitrión, esté en una situación parecida no parece un consuelo.

"Nos esperan dos finales", señaló con conciencia el jefe de la defensa, Martin Stranzl, mientras que el técnico Josef Hickersberger asumió la expectativa que reina en el seno del equipo ante lo decisivo del cotejo.

"El hormigueo está ahí. Incluso en un hombre de 60 años fluye la adrenalina en la sangre. Tenemos un partido decisivo delante nuestro e hicimos todo para tener éxito. Ahora ya es todo o nada".

Para afrontar la situación, Austria por lo menos tiene buenas noticias. Roland Linz y Emanuel Pogatetz, que debido a a estar lesionados se perdieron los entrenamientos de comienzo de semana, estarán en condiciones de ser parte del encuentro.

"Me hace feliz que se haya dado cuenta de la competencia que hay por un lugar en el once y está peleando por un lugar", comentó el entrenador sobre Linz, delantero del Sporting de Braga.

Parte de la prensa austríaca está sugiriendo a Hickersberger salir a matar o morir con un planteamiento muy ofensivo, pero el veterano entrenador no quiere saber nada de empezar el choque con un número exagerado de delanteros.

"Todos sabemos que un empate no nos conviene a ninguno de los dos, pero yo no haré que sea Hollywood", dijo, irónico.

Polonia, por su parte, deberá encarar el partido del ser o no ser sin uno de sus delanteros estrella y capitán, Maciej Zurawski. El goleador debió salir en el entretiempo del encuentro contra Alemania por una lesión muscular y no podrá disputar ni siquiera el tercer compromiso del grupo frente a Croacia.

Tal es el grado de la dolencia que Zurawski, de 31 años, definió su estado físico de manera muy gráfica: "Por el momento puedo hacer sólo de mascota del equipo".