Eta vuelve a matar El prelado de San Sebastián asegura que la víctima fue abatida "como una pieza de caza"

El obispo Uriarte exige el derecho de los empresarios a una defensa eficaz

  • Cientos de personas acuden al funeral por Ignacio Uría, el empresario asesinado el miércoles, y varios miles participan en la manifestación contra la banda terrorista

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, aseguró ayer que Ignacio Uría, el empresario asesinado por ETA, fue "abatido como una pieza de caza" y reclamó el derecho de su familia y del conjunto de empresarios amenazados a contar con una "defensa eficaz" de su vida y sus bienes.

Uriarte hizo esta referencia a los empresarios amenazados por ETA durante la homilía pronunciada en el funeral de cuerpo presente oficiado en la parroquia San Sebastián de Soreasu, de Azpeitia, que estaba abarrotada de vecinos, amigos, trabajadores y empresarios, así como representantes de los gobiernos central y vasco y dirigentes de todos los partidos políticos democráticos.

En un silencio sepulcral, cientos de personas siguieron por la megafonía instalada en el exterior del templo la ceremonia religiosa, oficiada por el obispo y una treintena de sacerdotes. "Un hombre ha sido abatido como una pieza de caza. Un hijo de Dios ha sido tiroteado como un criminal. Una familia ha sido sumida en un mar de dolor. Un empresario que brinda trabajo ha sido eliminado violentamente", afirmó Uriarte.

También se refirió al trazado ferroviario de alta velocidad en el que trabajaba la empresa de Ignacio Uría y denunció que "un proyecto avalado democráticamente quiere ser neutralizado por la fuerza y la sangre derramada".

"¿Es éste el camino para la liberación que ETA promete? ¿Qué liberación?", se preguntó el prelado donostiarra, quien dijo "sintonizar" con la "pesadilla" de la familia, que tiene "todo el derecho y la necesidad de contar en estos momentos con el apoyo neto de la sociedad y con la defensa eficaz" de su vida y sus bienes, al igual que los "trabajadores y las empresas amenazadas" tienen derecho "a que se garantice" su trabajo.

Reconoció Uriarte que hay "motivos de sobra" para sufrir y preocuparse, pero no "para perder la esperanza activa, por lo que ha defendido la "palabra" frente a la violencia y apostó por colaborar "en toda iniciativa que conduzca verdaderamente a la paz", porque en "este pueblo" caben todos "salvo aquellos que se autoexcluyan por su conducta".

La viuda, sus hijos y los numerosos familiares de la extensa familia Uría ocupaban todos los bancos situados en la parte izquierda del templo, mientras que a la derecha y en primera fila se situaban las ministras de Fomento y Ciencia e Innovación, Magdalena Álvarez y Cristina Garmendia; el lehendakari, Juan José Ibarretxe; la presidenta del Parlamento Vasco, Izaskun Bilbao; varios consejeros vascos; el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, y el presidente de la asociación de municipios vascos.

También se sumaron los socialistas Leire Pajín y Patxi López; el presidente del PNV, Iñigo Urkullu; el presidente del GBB, Joseba Egibar; el coordinador de EB, Javier Madrazo; el dirigente de EA, Rafa Larreina; la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría; el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti; y el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta. Junto a todos ellos, se encontraba una amplia representación de Confebask y sus organizaciones territoriales encabezadas por el presidente, Miguel Lazpiur, y el de Adegi, Eduardo Zubiaurre.

Con posterioridad, miles de ciudadanos participaron en la manifestación organizada por las instituciones y la patronal vasca en Azpeitia para expresar a ETA la repulsa de la sociedad vasca al asesinato de Uría. La marcha, convocada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, partió de la plaza Pérez Arregi, contigua a la iglesia de San Sebastián.

Dos hermanos del fallecido, Imanol y José María, una de sus hijas, Jaione, y el ex alcalde de Azpeitia Julián Eizmendi, abrían la marcha con una pancarta en la que se leía el lema "ETA Kanpora" (ETA fuera), que también portaban todos los concejales de la corporación municipal, a excepción de los representantes de ANV.

Tras ellos, numerosos miembros de la extensa familia de Ignacio Uría, miembros de los gobiernos español y vasco y distintos representantes empresariales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios