España

"La estructura de España se va alejando cada vez más del texto constitucional"

  • A este ex ministro y actual abogado le gustaría que el presidente Zapatero protagonizara un cambio de rumbo autonómico, pero sólo aprecia "acciones puntuales a corto, reactivas y un tanto espasmódicas"

José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo (Cádiz, 1940) es el único andaluz que pasará a la historia por formar parte del selecto grupo de los Padres de la Constitución de 1978 junto a Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón, Miguel Roca, Manuel Fraga, Gregorio Peces-Barba y Jordi Solé Tura. Ministro con Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo entre 1979 y 1982 y abogado en ejercicio en la actualidad, Pérez-Llorca asegura que la España plural que calcularon los constituyentes "se va alejando cada vez más del texto constitucional".

-Con motivo del 25 aniversario de la Constitución, usted era más partidario de recordar que de celebrar por los negros nubarrones que se cernían sobre España. ¿Ha cambiado su percepción cinco años después?

-A la vista están las razones que obligan a ser pesimistas a quienes pretendan ser realistas. Naturalmente, sin perder la esperanza.

-¿El riesgo calculado que los constituyentes asumieron en el diseño de una España plural es mayor hoy al persistir las tensiones nacionalistas, que ni se han normalizado ni se han integrado?

-Las cosas se han desmadrado y la estructura resultante se va alejando cada vez más del texto constitucional, que, con sus errores de diseño, era más equilibrado y preveía un Estado más fuerte. A más de otras cosas, el sistema ahora tiende a generar más problemas de los que puede resolver y va tendiendo a la ingobernabilidad.

-¿Las reformas estatutarias aprobadas tienen cabida en la Constitución? ¿No hubiera sido preferible una reforma constitucional previa?

-Hubiera sido preferible, porque entre otras cosas, para la primera de estas reformas estatutarias que fue, en mi opinión, "la madre de todas las reformas", habría obligado a pasar por el consenso, que requiere mayorías reforzadas.

-¿Percibe un cambio de rumbo del presidente Zapatero en esta legislatura en materia autonómica o está condicionado por la crisis económica?

-Ya me gustaría. Seguro que rumbos, haberlos, los habrá. Personalmente, lo que percibo son acciones puntuales a corto, reactivas y un tanto espasmódicas. Es posible que tenga yo una percepción inadecuada de la realidad, o quizás no, ¿quién sabe?

-¿La reforma de la financiación autonómica se debería haber aplazado por la crisis económica que vive España?

-Parece la evidencia misma. Sin embargo, oigo decir a personas autorizadas que, puestos a tener mucho déficit, será el momento de que haya dinero para todo. Me parece una doctrina muy singular.

-¿El Tribunal Constitucional debería enmendar estatutos como el catalán o el andaluz, sobre el que pesan distintos recursos de inconstitucionalidad?

-Hablando del primero, lo que corresponde al Tribunal Constitucional es decidir si el Estatuto de Cataluña es conforme a la Constitución o no. Lo que se hace francamente difícil de admitir es que, en la jerarquía normativa, este Estatuto sea más importante que la Constitución. Si el Tribunal Constitucional decide que ese Estatuto es contrario a la Constitución en varias cosas, lo que a muchos les parece evidente, yo estaría de acuerdo, creo que sería una decisión fundamentada en derecho. Creo, además, que no pasaría nada. Si decide lo contrario, lo que diga esa sentencia cuando llegue, si llega, nos dirá cuál es el residuo de Constitución que queda vigente, que, además podrá ir siendo derogado por ley ordinaria según este precedente. Esto es lo que está en juego, que no es poca cosa. Por otra parte, ya es uno mayor y sabe, que, en Derecho, casi todo es opinable, y en política, la verdad objetiva a veces tiende a no existir.

-¿El atolladero político en el que se halla el TC limita su capacidad de respuesta a esos recursos?

-Los Tribunales Constitucionales están hechos, entre otras cosas, para salir de esos atolladeros y no para meterse en otros que corresponden a la justicia ordinaria. Ya son todos mayorcitos. Lo que en todo caso no parece muy diligente y ni siquiera excesivamente responsable es dejar pudrirse este problema durante más de dos años.

-En el caso del andaluz, el ex vicepresidente Alfonso Guerra, actual presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, fue especialmente crítico con la inclusión del término realidad nacional en el preámbulo y con las competencias exclusivas sobre el río Guadalquivir. ¿Comparte esa crítica?

-La verdad es que sus palabras me parecieron acertadas. Otro problema es lo que dijo Horacio: "Eres el dueño de tus palabras mientras no las pronuncias. Si las dejas salir de tu boca, debes ser su siervo". La verdad es que este criterio es muy exigente, por eso algunos imitamos a los que callan mucho. Claro es que yo llevo ya casi toda una vida fuera de la política y sólo doy entrevistas a este diario. Conste que a mí Alfonso me cae bien. De gustibus non est disputandum.

-¿La decadencia del Senado justificaría abrir el melón de la reforma constitucional, aunque sólo fuera para reactivarlo como una auténtica Cámara territorial?

-De nuevo, lo que piden los nacionalistas, que es un derecho omnímodo de veto, si se llega a dar, entonces apaga y vámonos. Otro tipo de reformas no contarían con la aprobación de los nacionalistas y sólo servirían para hacer el sistema aun más ingobernable. No se puede estar generando constantemente problemas que no se pueden resolver, más que creando otros aún mayores. El menos malo de los Senados es el que tenemos. O sea que "no lo toques ya más, que así es la Rosa" O, dicho de otro modo, los experimentos con gaseosa.

-Visto lo visto en los últimos años, en los que la crispación volvió a renacer, ¿qué queda del espíritu de consenso de la Constitución de 1978 en la política española actual?

-En la anterior legislatura bien poco. En ésta, está por ver.

-¿La Ley de Memoria Histórica reabre o cierra heridas?

-Mientras haya muertos en las cunetas, que los familiares, con las ayudas necesarias, busquen enterramientos más dignos, me parece justo. Los familiares. En lo demás, nuestros dramas históricos son demasiado hondos e intensos como para que quepan por las puertas de un Juzgado de Instrucción, así que en esto estoy con Azaña : Paz, Piedad, Perdón.

-¿La crisis económica justificaría una reedición de los Pactos de la Moncloa?

-Parece evidente que, con lo que se nos viene encima, un Gobierno minoritario en el Parlamento y en El País no puede dirigir, él solo, eficazmente, las cosas hacia una recuperación real. Tampoco dando "tajadas" en cada votación a los nacionalistas. En mi opinión, se debería dedicar a trabajar más con la oposición y pedir a alguno de sus partidarios que la insultara menos.

-¿Cómo está viviendo su regreso a Cádiz, a su casa familiar de la Alameda Apodaca?

-Esa casa, en la que nací, la comparto con otras ramas de la familia. El reencuentro más intenso con Cádiz resulta apasionante. Creía yo que mi cariño a Cádiz no podía ya incrementarse y, sin embargo, ha aumentado aún más. Aunque usted no me lo pregunte, creo que Teófila lo está haciendo muy bien. No habría que obligarla a ser una heroína para conseguir cosas. Deberían ayudarla más.

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